Todo el favoritismo para los brasileños desde la Conmebol, esto les ofrecieron luego que LDU quedó eliminado
Palmeiras y Flamengo están en la final de la Libertadores, dejando atrás a LDU y Racing
La histórica remontada de Palmeiras ante Liga de Quito (4-0, global 4-3) aseguró una final de la Copa Libertadores 2025 completamente brasileña, con Palmeiras y Flamengo como protagonistas. Este inédito escenario, que garantiza el título para Brasil y empata su historial con Argentina en la Libertadores, generó una inmediata reacción en el ámbito dirigencial de ese país, buscando aprovechar la oportunidad para centralizar el evento en su territorio.
Al consumarse la clasificación de los dos gigantes brasileños, el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), Samir Xaud, se pronunció públicamente con una propuesta audaz. De acuerdo con reportes, incluyendo a ESPN, Xaud afirmó que la CBF podría involucrarse activamente para gestionar un cambio de sede de la final, originalmente programada en Lima, Perú, debido a la grave inestabilidad política y social que atraviesa el país andino.
La clave de la declaración de Samir Xaud fue el ofrecimiento condicional a los dos finalistas. El presidente de la CBF manifestó que la entidad "puede analizar la posibilidad de traer la final a Brasil, siempre que los clubes estén interesados". Xaud añadió que la CBF podría servir como "interlocutora con la Conmebol", indicando que la voluntad de Palmeiras y Flamengo sería el factor determinante para impulsar el cambio de sede, aprovechando el contexto 100% brasileño.
La propuesta de trasladar la final a Brasil cobró relevancia debido a la incertidumbre que rodeaba a Lima como sede. La capital peruana, ya confirmada para albergar la final el 29 de noviembre en el Estadio Monumental, enfrentaba una profunda crisis política y social, incluyendo la destitución de la presidenta y un estado de emergencia. Este contexto generó dudas sobre la viabilidad de garantizar la seguridad y la logística de un evento de tal magnitud.
A pesar de la voluntad de la CBF y las gestiones iniciales de ciudades como Belém y Brasilia para albergar el encuentro, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) se mantuvo firme en su decisión. La Conmebol, organizadora del torneo, reforzó que la final se jugaría en Lima. Fuentes de la entidad señalaron que ya se habían iniciado los trabajos logísticos, de seguridad y la preinscripción de entradas, y que no existían planes concretos para una alteración de último momento.
La discusión sobre la sede, impulsada por la doble clasificación, subrayó el dominio absoluto del fútbol brasileño en el continente. Aunque la Conmebol mantuvo la final en Lima, la sola posibilidad de trasladarla a Brasil fue vista por muchos como una muestra de favoritismo o, al menos, de la influencia que ejerce el poderío de sus clubes en la región. Para el resto de Sudamérica, esta final 100% brasileña, incluso con el debate de la sede, ratificó el desafío que tienen por delante para competir con los gigantes de la Serie A.
