Mientras a Willian Pacho le quieren subir el sueldo y renovarlo, el golpe bajo para Dembelé en el PSG
Al ecuatoriano lo quieren retener hasta el 2030 con aumento salarial, mientras que a Dembelé le han dicho algo inesperado
El panorama contractual en el Paris Saint-Germain (PSG) presenta un contraste notable entre dos de sus figuras: el ecuatoriano Willian Pacho y el francés Ousmane Dembélé. Mientras que el joven defensor tricolor ha consolidado su posición como un pilar en la defensa y su valor no para de crecer, ganándose la confianza del club para asegurar su futuro a largo plazo, el flamante ganador del Balón de Oro se ha topado con una inesperada barrera en las oficinas de París al solicitar una renegociación.
La dirección del PSG, consciente del talento y la proyección de Willian Pacho, tiene la intención de blindar al central con un contrato extendido. El interés en retener al ecuatoriano hasta el año 2030 y ofrecerle un significativo aumento salarial refleja su estatus de activo estratégico. Esta movida busca asegurar su permanencia y recompensar su excelente rendimiento, evitando que otros gigantes europeos puedan tentarlo en el corto plazo. Para Pacho, esto representa una inmejorable señal de que su consolidación en la élite europea es un hecho.
En el extremo opuesto se encuentra Ousmane Dembélé, quien, tras una temporada brillante culminada con el anhelado Balón de Oro, acudió al club con la expectativa de obtener un aumento salarial que reflejara su nuevo estatus como el mejor jugador del mundo. La petición, habitual en el fútbol de élite, buscaba un contrato "acorde a su nuevo estatus" y una mejora en sus condiciones económicas. No obstante, el "golpe bajo" para el "Mosquito" fue la negativa rotunda por parte de la cúpula del PSG.
La respuesta de Nasser Al-Khelaïfi, presidente del club, fue firme: no habrá aumento salarial. La decisión se basa en una estricta política salarial y en la necesidad de mantener el Fair Play Financiero de la UEFA, reglas que el club parisino se ha esforzado por respetar rigurosamente tras años de excesos. El PSG ha aprendido de las complejas y costosas eras de Lionel Messi y Neymar, y ahora prioriza la estabilidad financiera y la armonía interna por encima del premio individual más prestigioso del fútbol.
El dilema del PSG se centró en la delgada línea entre premiar la excelencia individual y proteger la equidad salarial del vestuario. Con un equipo repleto de estrellas, ceder ante la demanda de Dembélé por el Balón de Oro podría "fracturar el equilibrio del camarín" y "despertar egos" en otros jugadores clave. Por ello, la renovación de Dembélé se llevará a cabo bajo las condiciones existentes, estableciendo un precedente: incluso el Balón de Oro debe adherirse a las reglas internas del club.
Esta situación subraya la dualidad en la gestión de talentos del PSG: mientras se prioriza la inversión y la estabilidad a largo plazo en jóvenes promesas como Willian Pacho, asegurando su compromiso con contratos extensos y lucrativos, se aplica una disciplina inquebrantable a las máximas figuras como Dembélé. El mensaje es claro: en la nueva era del PSG, el éxito colectivo y la salud financiera del club tienen prioridad absoluta, marcando un cambio fundamental en la filosofía del equipo parisino.
