(VIDEO) Mientras Lamine Yamal se fue frustrado, así celebró Pacho que le ganó el PSG al FC Barcelona y en su casa
El español tenía una cara de pocos amigos, mientras el ecuatoriano con sus compañeros no pararon de saltar en la cancha y con su gente
El pitazo final del partido de vuelta de cuartos de final de la Champions League entre el PSG y el FC Barcelona marcó un momento de contrastes emocionales muy marcados. Mientras que el equipo parisino desató la euforia tras la remontada y la clasificación, en el bando culé reinó la decepción. Esta dicotomía se personificó en dos jóvenes figuras: el ecuatoriano William Pacho y el español Lamine Yamal.
La imagen de Lamine Yamal tras la eliminación fue de profunda frustración. El joven talento del Barcelona, que cargaba con el peso de ser una de las grandes esperanzas ofensivas, abandonó el campo con el rostro visiblemente desencajado y una "cara de pocos amigos". Para él, el sueño europeo se desmoronaba en casa, un duro golpe que reflejaba la impotencia de no haber podido revertir el destino del encuentro, especialmente en la segunda mitad, donde fue anulado.
Mientras Yamal se dirigía a los vestuarios, la escena cambiaba drásticamente en el césped. William Pacho y sus compañeros del PSG se unieron en un círculo de celebración en el centro del campo, dejando claro que la victoria, lograda además en el campo del eterno rival, era una hazaña especial. La euforia era palpable, con los jugadores saltando y abrazándose en señal de triunfo.
Para Pacho, la victoria era doblemente dulce. Además de la clasificación, había tenido una actuación defensiva memorable, logrando neutralizar a Yamal y demostrando ser un muro infranqueable. Este desempeño individual alimentó su alegría, y se unió a la celebración colectiva con una energía desbordante, saboreando el éxito no solo del equipo, sino también de su propio rendimiento.
La culminación de la celebración se dio con el contacto con su gente. Los jugadores del PSG se acercaron a las gradas para compartir la alegría con sus aficionados que habían viajado a Barcelona, muchos de ellos con el corazón en la mano durante el partido. Pacho fue parte de esta comunión, agradeciendo el apoyo y sintiendo el calor de su club en un momento glorioso. El salto y los gritos en la cancha, mirando a su hinchada, se convirtieron en la prueba física de que habían conquistado el Camp Nou.
Este episodio quedó como una instantánea de la Champions League: la desolación de Yamal, que vio su gran contrato contrastado con una noche de poca efectividad, frente a la celebración ruidosa y eufórica de Pacho, quien con su solidez defensiva silenció el ataque culé y terminó saltando en la cancha y con su gente como un verdadero héroe de la remontada, llevándose a casa la clasificación y la gloria.