Fue dupla de Cavani y levantó la Copa América, LDU lo quiso pero pidió ganar 40 mil

El cuadro albo tenía la intención de firmar un nuevo delantero pero todo se cayó

Edinson Cavani-Liga de Quito / Foto: Primicias
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La búsqueda de un centro delantero de jerarquía para el fútbol ecuatoriano siempre genera expectativas, y uno de los nombres que resonó en las oficinas de Liga de Quito hace algún tiempo fue el del uruguayo Abel Hernández. El delantero, reconocido por su trayectoria en Europa y su rol fundamental en la selección charrúa, fue considerado por la dirigencia alba como una opción para potenciar el ataque, pero su elevada pretensión salarial frustró cualquier intento de negociación.

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Abel Hernández no es un delantero cualquiera; su currículum incluye haber sido dupla de ataque de Edinson Cavani en múltiples ocasiones con la Celeste, además de ser parte del plantel que levantó la Copa América en 2011. Este pedigrí internacional, sumado a su paso por clubes como Palermo, Hull City y CSKA Moscú, le otorgaba un valor de mercado que, si bien es atractivo en lo deportivo, resultaba inalcanzable para la realidad financiera que atraviesa LDU.

Según fuentes cercanas a las negociaciones de aquel momento, la principal traba para su llegada a Ponciano fue la cifra solicitada por el atacante. Abel Hernández habría pedido un salario cercano a los 40 mil dólares mensuales para vestir la camiseta de Liga de Quito. Aunque la cifra es habitual para figuras de su recorrido en otras ligas, para la estructura salarial de LDU —que hoy busca sanear un déficit considerable— representaba una inversión demasiado alta y riesgosa.

El destino final del jugador confirma el alto valor que mantiene en el mercado sudamericano. Recientemente, se ha concretado su regreso a su país natal para sumarse a las filas de Peñarol, uno de los gigantes de Uruguay. La prensa uruguaya confirmó que Hernández ganará precisamente esos 40 mil dólares mensuales en el equipo Aurinegro, validando que su pretensión económica no era negociable y que Peñarol sí pudo asumir ese costo.

Para Liga de Quito, la imposibilidad de fichar a jugadores con ese nivel salarial reafirma la Especialización (E) en su estrategia actual: buscar talento con potencial de reventa o que encaje en el nuevo tope salarial. Aunque la hinchada sueña con nombres rutilantes, la dirigencia mantiene una postura de Autoridad (A) financiera, evitando comprometer las finanzas del club con contratos que, a largo plazo, podrían ser insostenibles.

El caso de Abel Hernández es un claro ejemplo de la distancia entre el deseo deportivo y la realidad económica. La oportunidad de tener a una estrella y campeón de América se esfumó por los 40 mil dólares mensuales que el jugador pedía, los mismos que hoy le paga Peñarol. LDU debe seguir su camino de saneamiento, priorizando la estabilidad sobre el brillo de las grandes contrataciones.

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