Le metieron la mano a Libertad contra Barcelona SC en estas jugadas, aunque el gol de Arreaga salvó el VAR
El cuadro del Ídolo del Ecuador gana pero con polémica en el Reina del Cisne
El reciente enfrentamiento entre Libertad y Barcelona SC se vio ensombrecido por una fuerte controversia arbitral que, según la perspectiva lojana, perjudicó claramente al equipo local. A pesar de que el marcador final reflejó el esfuerzo de ambos conjuntos, la sensación de un arbitraje parcializado dejó un sabor amargo, especialmente al considerar dos acciones puntuales que pudieron haber cambiado el curso del encuentro y que, increíblemente, pasaron por alto o fueron mal juzgadas por el juez central.
La primera jugada que levantó la indignación se produjo con un presunto error en la aplicación de la regla de la cesión al portero. El defensor Gustavo Vallecilla realizó un pase a su guardameta, Ignacio De Arruabarrena, quien, según los reclamos, habría tomado el balón con las manos de forma antirreglamentaria. Los puristas de la regla argumentan que la maniobra, al ser considerada una cesión voluntaria con el pie, debió sancionarse con un tiro libre indirecto dentro del área, una oportunidad de oro para Libertad que fue negada por la inacción del árbitro.
El clímax de la polémica llegó con la acción de Xavier Arreaga sobre el delantero de Libertad, Eber Caicedo, dentro del área de Barcelona. Las repeticiones de la jugada, analizadas en diversos programas deportivos, mostraron un contacto que muchos calificaron de "penal evidente". La imprudencia o el forcejeo del defensor torero fue lo suficientemente fuerte como para desequilibrar a Caicedo, interrumpiendo una clara ocasión de gol. La decisión del árbitro de no señalar la falta y la posterior omisión de la revisión exhaustiva por parte del VAR acrecentaron la frustración del equipo de Loja.
Paradójicamente, el VAR sí tuvo una intervención crucial en el desarrollo del partido, aunque a favor del conjunto guayaquileño. El gol anotado por el propio Xavier Arreaga fue inicialmente revisado por un posible fuera de juego o alguna falta previa. La tecnología, que brilló por su ausencia en las jugadas a favor de Libertad, validó la anotación del defensor, consolidando la ventaja de Barcelona. Este contraste en la aplicación del VAR, al validar una acción del ídolo pero ignorar dos posibles penales para el rival, subraya la percepción de un arbitraje desequilibrado.
La combinación de estas omisiones arbitrales, tanto la cesión no pitada como el penal no sancionado, dejó a la dirigencia, cuerpo técnico e hinchada de Libertad con la clara convicción de haber sido perjudicados. En un fútbol tan competitivo como el ecuatoriano, donde cada punto es vital, estas decisiones no solo impactan el resultado inmediato, sino que también pueden influir en la posición final del equipo en la tabla, lo que añade una capa de gravedad a los errores cometidos.
Este encuentro se convierte en un nuevo ejemplo de la necesidad de una mayor coherencia y transparencia en las decisiones arbitrales, incluso con la asistencia del VAR. Si bien el fútbol es un deporte de errores, la recurrencia de fallos en jugadas clave genera dudas y socava la credibilidad. Para que el juego limpio prevalezca, es imperativo que las autoridades arbitrales revisen estos incidentes y se aseguren de que la tecnología sea una herramienta de justicia y no un instrumento de aplicación selectiva.