Mientras Liga de Quito acaricia la final de Libertadores, Alex Arce a un paso de ganar este torneo con Rivadavia

El paraguayo se encuentra peleando por un título con su nuevo equipo, pero no a la talla de la Libertadores

Alex Arce-Liga de Quito / Foto: Infobae
Alex Arce-Liga de Quito / Foto: Infobae
Foto de David Alomoto
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La reciente clasificación de Rivadavia a la final de la Copa Argentina ha puesto en el centro de la atención a Alex Arce, el delantero paraguayo, generando una ola de comentarios y reflexiones sobre los caminos que toma la carrera de un futbolista. Mientras su ex equipo, Liga de Quito, acaricia la final de la Copa Libertadores tras golear en la semifinal de ida, Arce se alista para disputar otro importante torneo continental, llevando a la opinión pública a un ejercicio de "qué hubiera pasado si...".

La situación ha sido notablemente expuesta por el periodista Carlos Xavier Argüello, quien ha señalado el dramático contraste de destinos: Álex Arce finalista de la Copa Argentina cuando podía ser finalista de la Libertadores. Esta frase encapsula la dualidad que vive el atacante, quien, de haber permanecido en LDU hasta esta etapa decisiva de la Libertadores, estaría a las puertas del partido más importante del continente, pero en cambio, se encuentra en la cúspide de una competición diferente con su actual club.

La decisión de dejar Liga de Quito, donde Arce era parte del plantel que llegó a estas instancias, se debió a movimientos en el mercado de pases que lo llevaron a Rivadavia, en el fútbol argentino. Si bien el fútbol ofrece nuevas oportunidades y desafíos, el brillo de una posible final de Libertadores es un imán ineludible. Este escenario evoca la sensación de una "oportunidad perdida" para el jugador, de no haber podido culminar el ciclo victorioso que LDU está a punto de cerrar.

No obstante, la perspectiva de Alex Arce debe ser evaluada desde el mérito de su presente. Ser finalista de la Copa Argentina con Rivadavia es un logro deportivo significativo, especialmente en un torneo que enfrenta a equipos de todas las categorías y que exige un alto nivel de competitividad. Esto demuestra que su éxito no es un simple accidente, sino el resultado de su valía y aporte goleador, incluso cambiando de club y de contexto futbolístico.

La ironía de la situación es clara: mientras LDU, el club que lo tuvo en sus filas, disputa las fases definitivas del torneo de clubes más prestigioso de América, Arce se ha convertido en una pieza clave para que Rivadavia alcance una final histórica en su país. Este paralelismo sirve para ilustrar cómo el tiempo y las decisiones de carrera pueden alterar el destino de un jugador, llevándolo a celebrar un logro importante, pero a la sombra de un hito continental aún mayor.

El comentario de Carlos Xavier Argüello y la realidad de Alex Arce con Rivadavia obligan a reflexionar sobre las prioridades y las circunstancias del fútbol moderno. Para el paraguayo, la final de la Copa Argentina es un triunfo personal y colectivo que merece celebración, pero siempre quedará la pregunta en el aire sobre lo que habría sido su carrera de haber levantado el trofeo de la Copa Libertadores junto a sus excompañeros de Liga de Quito.

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