Tiago Nunes ha recuperado a Alvarado y Cabeza, pero hay otro jugador en Liga de Quito que no convence
Los hinchas aún consideran que Michael Estrada no está en sintonía con sus compañeros y lo mostró contra Mushuc Runa
La llegada de Tiago Nunes a la dirección técnica de Liga de Quito ha marcado un antes y un después para varios jugadores del plantel. Los casos de Alexander Alvarado y Alejandro Cabeza son claros ejemplos de la capacidad del estratega brasileño para recuperar talentos y potenciarlos, transformándolos en piezas clave del engranaje 'albo'. Sin embargo, en medio de estos éxitos individuales, la afición y la crítica aún observan con preocupación el rendimiento de otro delantero, Michael Estrada, cuya falta de sintonía con el equipo se hizo evidente una vez más en el reciente encuentro contra Mushuc Runa.
Alvarado, el talentoso '10', ha dejado atrás los momentos de intermitencia para convertirse en un generador constante de juego y en un factor desequilibrante en el ataque. Su visión, sus pases y su gol han vuelto a brillar con la intensidad esperada. Por su parte, Alejandro Cabeza ha experimentado una notable resurrección. De ser un delantero cuestionado, se ha erigido como el goleador principal del equipo, mostrando una contundencia y una presencia en el área que antes parecían esquivas. Ambos jugadores son el reflejo del impacto positivo de Nunes.
Sin embargo, el panorama es diferente para Michael Estrada. A pesar de ser un delantero con experiencia internacional y con un historial goleador en otros equipos, su adaptación a Liga de Quito y su desempeño actual no terminan de convencer a la hinchada. Desde su llegada, se esperaba que Estrada fuera el referente ofensivo indiscutible, pero su participación en el juego y su conexión con sus compañeros no han alcanzado el nivel deseado.
El partido contra Mushuc Runa fue un ejemplo de esta desconexión. A lo largo del encuentro, se pudo observar a un Michael Estrada que, si bien intentaba participar, no lograba encontrar los espacios adecuados, ni conectarse con la fluidez necesaria con los volantes y extremos. Sus movimientos, su posicionamiento y su toma de decisiones en el último tercio de la cancha generaron más frustración que soluciones para el ataque 'albo'.
La percepción de los hinchas es clara: Estrada no está en sintonía con sus compañeros. Esto se traduce en pases errados, jugadas que no prosperan y una falta de química que afecta la fluidez ofensiva del equipo. Mientras Alvarado y Cabeza muestran una comprensión mutua y un entendimiento táctico con el resto del plantel, Estrada parece operar en una frecuencia distinta, lo que limita su aporte y genera un desequilibrio en el frente de ataque.
La situación de Estrada es compleja porque, a diferencia de Alvarado y Cabeza que han mostrado una clara mejoría bajo Nunes, el delantero aún no ha logrado consolidarse. Esto pone a prueba la capacidad del cuerpo técnico para integrar a jugadores con diferentes perfiles y ritmos de adaptación. La afición de Liga de Quito, conocida por su exigencia, empieza a perder la paciencia con un jugador del que se esperaban goles y liderazgo en la ofensiva.
El desafío para Tiago Nunes y su cuerpo técnico es mayúsculo. Así como han logrado potenciar a otros jugadores, la tarea pendiente es encontrar la fórmula para que Michael Estrada se adapte al sistema de juego y a la dinámica del equipo. Ya sea a través de ajustes tácticos, trabajo específico en los entrenamientos o un enfoque en la parte mental, es crucial que el delantero logre superar esta etapa de inconsistencia.
En conclusión, la Liga de Quito de Tiago Nunes vive un contraste marcado: la exitosa recuperación de Alvarado y Cabeza contrasta con la persistente falta de adaptación de Michael Estrada. Los hinchas, que celebran los goles y el buen juego de los primeros, aún esperan ver al "verdadero" Estrada. Su desempeño contra Mushuc Runa fue un recordatorio de que, a pesar de los avances generales del equipo, hay individualidades que aún necesitan encontrar su mejor versión para el beneficio colectivo.
