(VIDEO) Mientras Neme llegaba a las prácticas de Emelec en un auto McLaren, mira en lo que llega ahora Jorge Guzmán
El actual presidente de Emelec no tiene el mismo poder económico que Neme, llegó a Samanes en un Kia y acompañado de un auto Escarabajo
La presidencia de un club de fútbol, especialmente de uno con la historia y el arrastre de Emelec, siempre trae consigo una lupa sobre la figura de su máximo dirigente, no solo en lo deportivo y financiero, sino incluso en lo anecdótico. El contraste entre la era del expresidente Nassib Neme y la gestión actual de Jorge Guzmán se evidencia de manera particular en el estilo y el poderío económico que proyectan al llegar a las instalaciones del club en Samanes.
Durante su exitoso y prolongado mandato, Nassib Neme se convirtió en un símbolo de opulencia y poder empresarial. Era común que su figura estuviera asociada a vehículos de alta gama. El hecho de que Neme se presentara a las prácticas de Emelec en un automóvil de la categoría de un McLaren no solo subrayaba su éxito personal, sino que también era interpretado por muchos como una muestra del músculo financiero que, en teoría, respaldaba al club durante sus años de mayor gloria.
La imagen actual con Jorge Guzmán es diametralmente opuesta y refleja la difícil realidad financiera que atraviesa el club. Guzmán, quien asumió la presidencia con el enorme reto de sanear la institución y sacarla de una profunda crisis deportiva y económica, no proyecta la misma capacidad de gasto. Su llegada al complejo de Samanes en un vehículo de menor perfil, un Kia, marca un cambio de era simbólico y visible para el periodismo y los aficionados.
La anécdota se completa con el detalle de que el presidente Guzmán no solo llega en un auto de bajo perfil, sino que es acompañado por un clásico y modesto Volkswagen Escarabajo. Este contraste automovilístico —del McLaren de la era Neme al Kia y el Escarabajo de la era Guzmán— es una metáfora visual de la austeridad y la necesidad de "hacer mucho con poco" que ha caracterizado el inicio de su gestión, tal como lo ha reconocido el propio Neme, quien describió la herencia como una "carroza fúnebre".
El significado de esta diferencia va más allá de un simple gusto por los autos. Mientras Neme podía inyectar recursos propios o atraer grandes capitales con mayor facilidad debido a su perfil y fortuna, la actual directiva de Guzmán se enfrenta a un "cráter de deudas" (término usado por el mismo Guzmán) y a la obligación de reconstruir al club desde una posición de debilidad económica, buscando la estabilidad más que la opulencia.
En conclusión, la diferencia entre el McLaren de Neme y el Kia/Escarabajo de Guzmán no es solo una cuestión de vehículos, sino un reflejo del antes y el después de la realidad económica de Emelec. Simboliza el fin de una era de grandes inversiones y la llegada de una administración que se enfoca, por necesidad y principio, en la austeridad, la reestructuración y la búsqueda de soluciones a una crisis que demanda un enfoque más pragmático y menos ostentoso.
