(VIDEO) Rompió el silencio, Francisco Egas contó por qué no puede ver ni en pintura a Miguel Ángel Loor
Para el presidente de la FEF, Loor fue uno de los operadores del golpe de estado que le quisieron hacer además lo culpó de la crisis que hay
La tensa relación entre el presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), Francisco Egas, y el presidente de la LigaPro, Miguel Ángel Loor, ha sido un secreto a voces, pero Egas ha roto el silencio para exponer la raíz de su profunda aversión. Según el máximo directivo de la FEF, su animadversión hacia Loor va más allá de simples discrepancias administrativas o futbolísticas. Egas acusa directamente a Loor de haber sido una pieza clave en los intentos de "golpe de estado" internos que buscaban destituirlo de la presidencia de la Federación.
El punto de no retorno en la relación entre ambos dirigentes se remonta a los momentos más convulsos de la gestión de Egas. El presidente de la FEF relató que Miguel Ángel Loor fue uno de los principales "operadores" que trabajaron activamente detrás de escena para generar la inestabilidad institucional y forzar su salida. Esta acusación implica que Loor no solo estuvo en desacuerdo con la gestión de Egas, sino que participó en acciones destinadas a subvertir el orden jerárquico de la Federación, un acto que Egas considera una traición.
Más allá de las rencillas personales por la disputa de poder, Francisco Egas ha cargado contra Miguel Ángel Loor, señalándolo como uno de los culpables de la actual crisis que atraviesa el fútbol ecuatoriano en varios aspectos. Esta acusación abarca temas que van desde la gestión de los derechos de televisión hasta la planificación de las competiciones. Para Egas, la injerencia y las acciones de Loor no han beneficiado al deporte, sino que han contribuido a la desorganización y a los problemas financieros de los clubes.
El conflicto entre Egas y Loor también representa un choque de modelos y visiones. Desde que la LigaPro asumió la administración de la Serie A y la Serie B, ha existido una tensión constante con la FEF, que mantiene el control de la Selección Nacional y las bases del fútbol. Egas percibe que las ambiciones de Loor por expandir la influencia de la LigaPro han erosionado la autoridad de la Federación, generando un ambiente de desconfianza y dificultando la coordinación necesaria para el desarrollo armónico del fútbol nacional.
El mayor problema de esta pugna personal y política es cómo afecta al fútbol ecuatoriano en su conjunto. La falta de comunicación y la desconfianza entre los líderes de la FEF y la LigaPro entorpecen la toma de decisiones cruciales, desde la selección de entrenadores hasta la implementación de proyectos a largo plazo. La persistencia de este conflicto interno, donde las acusaciones de "golpe de estado" y "crisis" son públicas, solo añade inestabilidad y pone en riesgo el desarrollo deportivo y la imagen institucional del fútbol de Ecuador.