Mientras el anterior año Barcelona SC y Católica tuvieron un juego ratonero para empatar, ahora deberán jugarse el cupo a la Copa Libertadores

Uno de los partidos más criticados el anterior año fue el de Universidad Católica y Barcelona SC en el estadio olímpico Atahualpa. La Liga Pro se configuró de tal forma que a Católica no le servía que Barcelona SC pierda. El empate beneficiaba a ambos. Católica iría a Copa Libertadores mientras que el Ídolo accedía a la final de la Liga Pro. 

El gran perjudicado sería Emelec, ya que el cupo a Libertadores lo ganó Católica. Durante la semana antes del encuentro la prensa y varios líderes de opinión ya preveían lo que iba a pasar. Sin embargo, salieron jugadores tanto de Barcelona como de Católica a decir que jugarían a ganar y que no era ético pensar que iban a amarrar un empate. 

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El resultado fue un partido empatado. Ante la vista de todo el mundo los equipos no intentaron hacerse daño. Incluso hubo unas polémicas declaraciones por parte de Andrés Chicaiza que jugaba en Católica. Chicaiza, fue el único jugador que remató al arco y cuando lo hizo, lo sacaron de inmediato. El se molestó y comento lo sucedido en sus redes sociales. 

A la final el partido benefició a los dos equipos. Ahora, la situación es distinta, tanto Católica como Barcelona se juegan el cupo a Copa Libertadores. Ambos necesitan ganar. El fútbol da revanchas, es inesperado y los que antes jugaban a empatar ahora solo tienen la consigna de ganar. Esta vez veremos un partido de poder a poder.