Por Pablo Ordoñez
La FEF tomó una decisión trascendental de cara a la recta final de las Eliminatorias Sudamericanas: trasladar sus dos últimos partidos como local a la calurosa y pasional Guayaquil. El estadio Monumental será el escenario de dos duelos de alto voltaje: en junio, la visita del siempre temible Brasil, y en septiembre, el clásico sudamericano ante la poderosa Argentina.
Esta determinación no ha pasado desapercibida en el continente, generando diversas reacciones y análisis. Particularmente, en un programa de Movistar + Perú, los panelistas no dudaron en lanzar una advertencia sobre esta elección. Con un tono entre la sorpresa y la suspicacia, comentaron: "¡OJO con Ecuador! Pierde puntos por jugar en Guayaquil, sin la altura de Quito les puede costar caro".
El debate sobre el impacto de la altitud de Quito en los partidos de la selección ecuatoriana es un tema recurrente. Históricamente, el estadio Rodrigo Paz Delgado, ubicado a más de 2.800 metros sobre el nivel del mar, ha sido un factor diferencial para la Tricolor, donde muchos rivales han sentido los efectos de la falta de oxígeno. La estadística respalda esta afirmación, con Ecuador cosechando importantes victorias y puntos en la capital.
Sin embargo, la decisión de jugar en Guayaquil responde a una estrategia que la FEF considera beneficiosa en este tramo crucial de la clasificación. Factores como el clima cálido y húmedo, al que algunos rivales podrían no estar acostumbrados, el fervor de la afición guayaquileña y la logística de los viajes fueron determinantes en esta elección.
No obstante, la preocupación expresada desde Perú no es infundada. La merma de la ventaja de la altitud podría nivelar el terreno de juego para selecciones como Brasil y Argentina, plagadas de jugadores de clase mundial acostumbrados a diferentes condiciones climáticas. La intensidad de estos encuentros exigirá un despliegue físico y táctico impecable por parte de la Tricolor para contrarrestar la posible pérdida de esta "arma secreta".
Ahora, la incógnita está planteada. ¿Será la pasión de Guayaquil y las condiciones climáticas un nuevo factor determinante a favor de Ecuador? ¿O la ausencia de la altitud de Quito terminará costando puntos valiosos en la lucha por la clasificación al próximo Mundial? Solo el tiempo y el desempeño de la selección en estos dos cruciales partidos darán la respuesta. Lo cierto es que la decisión está tomada, y Ecuador jugará sus cartas finales en la costa, buscando sellar su pasaje a la cita planetaria ante su gente.
22/05/2025
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