Beccacece no ha ganado nada, pero hizo de menos a los propios jugadores de la selección ecuatoriana de forma indirecta

La frustración en el entorno del fútbol ecuatoriano hacia el director técnico Sebastián Beccacece se centra en un patrón percibido de "menosprecio" indirecto a los propios jugadores de la selección. La crítica generalizada es que, tras resultados insatisfactorios o experimentos tácticos fallidos que dan lugar a un "fútbol gris", el entrenador argentino suele recurrir a declaraciones que desvían la responsabilidad del planteamiento o de sus decisiones, poniendo en entredicho el potencial o el nivel de los futbolistas ecuatorianos en un intento por justificar sus "necedades y caprichos" en el banquillo.

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El debate se agrava al cuestionar la trayectoria de Beccacece como entrenador principal, señalando que su palmarés y experiencia no le otorgan la autoridad para "bajar el precio" al talento ecuatoriano. Es un hecho que, a nivel de clubes, el DT argentino tuvo pasos marcados por el fracaso en instituciones de renombre en Chile (Universidad de Chile), Argentina (Independiente, Racing) y España (Elche). Su único título importante como estratega principal es la Recopa Sudamericana de 2021 con Defensa y Justicia, un logro notable, pero que contrasta con la alta exigencia que se espera en una selección nacional.

El interrogante central que se plantea es: "¿Quién se cree que está dirigiendo?" Este cuestionamiento refleja la sensación de que Beccacece actúa con un "aire de fundador o refundador del fútbol ecuatoriano", como si estuviera a cargo de un equipo modesto o en desarrollo. La molestia radica en que, a pesar de su historial de altibajos, el técnico parece proyectar sus invenciones tácticas sin tomar en cuenta el valor intrínseco de los futbolistas de la 'Tri', a quienes debería potenciar en lugar de exponerlos a esquemas donde no brillan.

Es crucial destacar que la Selección Ecuatoriana de la actualidad dista mucho de ser un equipo de "tiempos pasados". El Ecuador contemporáneo cuenta con jugadores de élite que no solo militan, sino que son campeones o figuras clave en los torneos y clubes más importantes a nivel mundial. Jugadores han conquistado títulos europeos, han brillado en la Premier League y son referentes en sus ligas, lo cual eleva el estándar y la expectativa. Menospreciar esta generación es ignorar el crecimiento exponencial que ha tenido el fútbol ecuatoriano en la última década.

La gran ironía es que, a pesar de las críticas y el supuesto menosprecio, son "estos mismos jugadores" los que finalmente llevarán al entrenador a tener un Mundial en su currículum. Beccacece tomó a una selección que ya estaba consolidada en la zona de clasificación y que había iniciado con buen pie las Eliminatorias. La clasificación al Mundial, un hito en el fútbol ecuatoriano, se logrará, en gran medida, gracias al talento y el esfuerzo de estos futbolistas de élite que el entrenador parece subvalorar en sus análisis post-partido.

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Por lo tanto, el llamado al entrenador es a la "humildad y el respeto" hacia la materia prima que tiene en sus manos. La afición y los analistas exigen que Beccacece abandone esa postura de superioridad y se enfoque en construir un funcionamiento colectivo sólido que esté a la altura del potencial individual de sus jugadores. Solo a través del reconocimiento y la potenciación del talento actual de Ecuador podrá el técnico argentino aspirar a tener un paso exitoso por la 'Tri' y hacer que el país sueñe en grande en la próxima Copa del Mundo.