Dijo que los hinchas lo querían pero lo que hicieron a Sebastián Beccacece en el Ecuador vs Canadá
El entrenador mencionó que cuando sale a las calles, los hinchas ecuatorianos le dan muestras de cariño
El encuentro amistoso entre Ecuador y Canadá no solo reveló las preocupaciones de la prensa sobre el estilo de juego de la "Tri", sino que también puso de manifiesto el creciente descontento de un sector de la afición. A pesar de que el director técnico, Sebastián Beccacece, haya manifestado sentirse respaldado por los hinchas, la realidad del partido en el estadio mostró una reacción adversa: un grupo de aficionados expresó su frustración con silbidos y abucheos dirigidos al entrenador, dejando claro que la relación entre Beccacece y la fanaticada está lejos de ser idílica.
La discrepancia entre las declaraciones del entrenador y la reacción en las tribunas es significativa. Beccacece afirmó en ruedas de prensa que sentía el apoyo de la hinchada ecuatoriana, probablemente basándose en los resultados obtenidos hasta el momento en las Eliminatorias. Sin embargo, los abucheos ("pifias") captados durante el partido contra Canadá actuaron como un barómetro claro del sentir popular. Este acto demostró que el éxito en puntos no se traduce automáticamente en la aprobación del estilo de juego, y que una parte de la afición demanda más que solo victorias.
El principal motivo de la protesta de los hinchas es el "estilo de juego timorato" o excesivamente cauteloso que ha caracterizado a la selección. La afición, acostumbrada a un fútbol más aguerrido y con transiciones rápidas en épocas anteriores, critica la posesión horizontal y la falta de profundidad ofensiva. Los silbidos se intensificaron cuando el equipo, incluso con un hombre más en cancha ante Canadá, no lograba generar peligro, optando por pases seguros hacia atrás en lugar de arriesgar con verticalidad, lo que se percibe como falta de ambición.
El partido contra Canadá fue el escenario perfecto para que la frustración se manifestara. Jugar con un futbolista adicional durante una porción importante del encuentro y no poder reflejar esa ventaja en el marcador o en el dominio territorial exasperó a los presentes. Para los aficionados, la superioridad numérica debió traducirse en un asedio ofensivo y en goles, pero la incapacidad de la "Tri" para romper las líneas defensivas canadienses, manteniendo la misma tónica de juego conservador, fue la chispa que encendió la pifia.
El enojo de la afición también se entiende por el alto nivel de talento de la actual "Generación Dorada" de Ecuador. Con jugadores establecidos en las ligas élite de Europa, como Moisés Caicedo, Pervis Estupiñán y Piero Hincapié, los hinchas esperan ver un fútbol más vistoso, propositivo y a la altura del potencial individual. El juego defensivo y la falta de atrevimiento de Beccacece son vistos, por muchos, como un desperdicio de ese talento, sintiendo que la selección podría lograr mucho más si jugara con mayor audacia.
La reacción de los hinchas en el estadio, aunque quizás minoritaria, tiene un impacto significativo. Estos gestos de desaprobación alimentan el debate en los medios y ejercen una presión adicional sobre el cuerpo técnico y los jugadores. Si bien la crítica se dirige al estilo de Beccacece, los futbolistas son los que ejecutan el plan, y jugar bajo la presión de ser pifiado por la propia afición puede minar la confianza y la toma de decisiones arriesgadas en momentos clave, creando un ambiente tenso en el vestuario.
