La Selección de Ecuador una lágrima por culpa de Beccacece, pero el único jugador que sacó la cara ante México
Con Beccacece no se sabía a que jugaba la Tri, con jugadores en puestos improvisados. El único que no desentonó fue John Yeboah
El rendimiento de la Selección de Ecuador en el duelo contra México, bajo la dirección técnica de Sebastián Beccacece, fue objeto de severas críticas, llegando al extremo de calificar el juego colectivo de la Tri como una "lágrima" o un desempeño gris. Gran parte de la disconformidad se centró en la aparente falta de una idea de juego clara y, sobre todo, en la implementación de posiciones improvisadas para jugadores que brillan en sus roles naturales en sus clubes. Este desconcierto táctico fue percibido como el principal lastre del equipo.
La afición y la prensa especializada señalaron que el principal problema radicaba en la obstinación de Beccacece por experimentar con el esquema y el posicionamiento de sus futbolistas. Nombres importantes de la selección aparecían en funciones inusuales o en zonas del campo donde su potencial se veía anulado, una situación que impedía al equipo generar volumen de juego ofensivo y, peor aún, exhibía una preocupante desconexión entre líneas que hacía de la Tri un conjunto fácilmente neutralizable.
En medio de este panorama sombrío, donde el colectivo no lograba brillar, emergió una figura que, a pesar del desorden táctico, logró destacar: el extremo John Yeboah. Su actuación fue un oasis en el desierto de la crítica, ya que fue el único jugador que demostró la chispa, el atrevimiento y la calidad individual necesarios para generar peligro real en el arco rival.
La prensa y los aficionados que criticaron el planteamiento de Beccacece coincidieron en que Yeboah fue quien "sacó la cara" por la selección. Su desequilibrio por la banda, su velocidad para el regate y su valentía para encarar a la defensa mexicana fueron gestos que no desentonaron. En un equipo que se percibía falto de profundidad y convicción, el aporte individual de Yeboah fue la única luz de esperanza en el frente de ataque.
El contraste entre la crítica al sistema de Beccacece y el elogio a Yeboah es significativo. Mientras el técnico argentino recibía críticas por no explotar el talento de la "mejor generación" de futbolistas ecuatorianos y por su terquedad táctica, John Yeboah, incluso partiendo desde la suplencia o con pocos minutos en otros juegos, demostró que con la libertad de acción necesaria, su calidad puede marcar la diferencia y romper la monotonía del juego.
En conclusión, el partido contra México se convirtió en un ejemplo de la frustración que rodea el proceso de Sebastián Beccacece, donde la promesa de un gran equipo se ve opacada por la confusión táctica y la improvisación. Sin embargo, también sirvió para confirmar el valor de John Yeboah, un jugador que con su talento y empuje individual se erigió como el único punto a destacar, sugiriendo que, si el entrenador le da un rol más protagónico y estable, la selección podría encontrar la solución a su crisis ofensiva.