Querido Ecuador, gracias por tanto y perdón por tan poco

Ecuatorianas, ecuatorianos y distintas autoridades a lo largo del país. A mi nombre, al nombre de mi familia sanguínea y periodística, quisiera agradecer por el cariño brindado proveniente de ese pueblo amado, y por el cuál me sacrificaria sin pensarlo, antes y después del partido de Ecuador contra Colombia.

En las calles se vio que tengo más hinchada que Moisés Caicedo o que cualquier otro jugador de la selección ecuatoriana de fútbol y lo digo sin sonrojarme. Soy más popular que el presidente electo de la República del Ecuador, Daniel Noboa. En estos momentos, ¿quién podría ser más famoso que yo? Nadie.

Mientras que otros periodistas, nacionales e internacionales, pueden llegar a ser reconocidos, yo estoy impregnado en el pueblo ecuatoriano; lugar que ves, lugar que estoy. A diferencia de mi persona, al restos de colegas, es verdad que los conocen, pero no les piden fotos, videos o inclusive abrazos y besos.

Yo soy uno de ustedes y eso se ve reflejado en cada saludo y en cada cantico. Soy el Luis Miguel de la comunicación deportiva de este país, y aunque a veces me siento inmerecedor de su cariño yo los quiero de todo corazón. Gracias a ustedes estoy viviendo mi segunda adolescencia, ese perfume engañoso llamado éxito.