Ya pidieron que se vaya del Flamengo y Felipe Melo salió a defender a Gonzalo Plata, esto dijo

En medio de una tormenta de críticas y pedidos de salida por parte de la afición del Flamengo hacia Gonzalo Plata a causa de sus recientes expulsiones, una voz de peso dentro del fútbol brasileño y mundial se alzó para defender al extremo ecuatoriano: la de Felipe Melo. El experimentado y aguerrido mediocampista, conocido por no guardarse sus opiniones, salió al paso de los ataques para poner en perspectiva el desempeño y la actitud del joven jugador en el equipo 'Mengão'.

Melo reconoció con honestidad la gravedad de la última acción que resultó en la tarjeta roja para Plata. Admitió que "la entrada de Plata merecía tarjeta roja", pero inmediatamente contextualizó el error, atribuyéndolo a un "exceso de ímpetu". Según el veterano jugador, este arrebato no fue un acto de malicia o indisciplina intencional, sino una consecuencia directa de la presión alta y agresiva que el cuerpo técnico, liderado por Filipe Luís, le estaba exigiendo al jugador en el campo de juego.

El defensor del ecuatoriano se mostró visiblemente molesto con la reacción exagerada y desmemoriada de una parte de la hinchada del Flamengo. Melo señaló que a la afición "ni le importa" el contexto de las situaciones anteriores y que rápidamente han caído en una condena injusta. Criticó que se hayan "olvidado de que las otras dos expulsiones fueron injustas" (refiriéndose a las que fueron posteriormente revocadas) y que, sin considerar esto, ya catalogan la última como la "tercera" de una racha de indisciplina.

La defensa de Felipe Melo se convirtió en una reprimenda directa a la impaciencia de los seguidores, llegando a citar ejemplos personales: "Incluso he visto a gente, incluido un amigo mío, publicando mensajes como '¡Fuera Plata!'." Su mensaje a los hinchas fue claro y rotundo: "¡Tranquilos, por favor! ¿Qué les pasa?". Buscando calmar las aguas y recordarle a la afición que el fútbol es un deporte de errores y que el jugador necesita apoyo, no el destierro.

El fondo del argumento de Melo reside en la distinción entre un error técnico o un exceso de agresividad en el juego y un acto deliberado de indisciplina. Al vincular la falta al seguimiento de las "instrucciones de Filipe Luís, que consisten en presionar arriba", Melo desliza la responsabilidad de la intensidad hacia la exigencia táctica del nuevo entrenador, buscando demostrar que Plata estaba simplemente cumpliendo con su trabajo con una intensidad mal calibrada, pero con profesionalismo.

Las palabras de Felipe Melo son un espaldarazo de enorme peso para Gonzalo Plata, llegando en un momento crucial donde la directiva ha anunciado multas. La voz de un ídolo como Melo sirve como un contrapeso necesario a la condena social, pidiendo mesura y recordando que el potencial del ecuatoriano es innegable. El mensaje final es una súplica por la paciencia: Plata es un activo valioso que necesita calma para madurar en el club.