Copa Libertadores: Luego que LDU goleó a Palmeiras ya no lo quieren como DT y Abel Ferreira empezó a vender humo
El entrenador del verdao ha sido fuertemente criticado luego que los albos los golearon 3 a 0 en el Rodrigo Paz
La dura goleada sufrida por Palmeiras ante LDU en la semifinal de ida de la Copa Libertadores (3-0) puso al técnico Abel Ferreira en una situación de extrema presión, y su posterior declaración de "noche mágica" fue interpretada por muchos como una desesperada jugada mediática. Su llamado a la afición, apelando a la fe y al espíritu de "remontadas", se sintió como un intento de "vender humo" para desviar la atención del pésimo rendimiento del equipo en la altura de Quito.
El entrenador portugués, pese a sus títulos con el Verdão, no goza de una aprobación unánime. Medios brasileños como Lance! o Globoesporte criticaron duramente su planteamiento táctico, catalogando el partido como "irreconocible" e incluso "el peor de Palmeiras en los últimos 30 años". Esta presión se intensificó con su declaración, ya que sus palabras, aunque destinadas a motivar, no ofrecieron argumentos futbolísticos concretos para revertir una desventaja histórica, lo que alimenta la narrativa de que "no lo quieren" algunos sectores.
La frase central, "90 minutos es mucho tiempo, prepárense para una noche mágica", se leyó más como una súplica desesperada que como una advertencia desafiante. Al evocar el misticismo y la fe ("No pregunten cómo ni cuándo, pero eso es lo que creo"), Ferreira intentó crear una conexión emocional con la hinchada, ya que las soluciones tácticas parecían haberse agotado en la ida. Esto subraya la magnitud de la crisis: el bicampeón de América tiene que recurrir a la épica.
El "llamado a nuestra afición; hace mucho que no pido nada" es la parte más sensible de su mensaje. Algunos analistas lo vieron como un acto de humildad forzada, recordando que el propio Ferreira, hace unas semanas, tuvo declaraciones picantes sobre la hinchada de Palmeiras que lo había criticado. El hecho de que ahora necesite implorar el apoyo incondicional para lograr una "remontada histórica" expone la fragilidad anímica y la falta de confianza interna.
De hecho, la prensa brasileña fue clara en su escepticismo. Un medio como UOL se hizo eco de las palabras de Ferreira sobre los "90 minutos", pero el tono general en el país fue de preocupación y de la necesidad de un "milagro". La realidad histórica es que, desde 1998, ningún equipo que perdió por 3-0 en una semifinal de Libertadores ha logrado dar vuelta la serie, un dato que pone las palabras del técnico en un contexto de casi imposible hazaña.
