Por Pablo Ordoñez
La tarde del sábado 31 de mayo de 2025, durante el encuentro entre Emelec y Orense por la fecha 15 de la Liga Pro, el Estadio George Capwell fue escenario de un mensaje claro y directo de la hinchada azul. Más allá del resultado final de 1-0 a favor del Bombillo, que le permitió sumar tres puntos importantes en su aspiración de alejarse de la zona baja de la tabla, un detalle en las gradas captó la atención de propios y extraños.
Una imponente bandera se desplegó entre los aficionados, con los rostros de dos figuras icónicas para el Club Sport Emelec: Miller Bolaños y Ángel Mena. El estandarte, en medio de la efervescencia del partido, llevaba un mensaje escueto pero significativo: "Su casa los espera". Este gesto de la fanaticada eléctrica reflejó el anhelo por el retorno de dos futbolistas que dejaron una huella profunda en la institución y que son recordados por su talento y sus aportes en épocas gloriosas.
La exhibición de esta bandera adquiere una particular relevancia en el contexto actual del conjunto guayaquileño. Emelec, a pesar de sus esfuerzos en el campo de juego, continúa enfrentando una compleja situación administrativa y económica que le impide, hasta el momento, reforzarse con nuevos elementos. La directiva del club sigue trabajando en la resolución de una serie de deudas que mantiene con la FIFA.
Estas obligaciones económicas han derivado en prohibiciones por parte del máximo organismo rector del fútbol mundial, impidiendo al equipo azul la inscripción de nuevos jugadores. A lo largo de los últimos meses, diversas informaciones han circulado sobre la cantidad de deudas pendientes y los montos que Emelec debe cancelar para levantar estas sanciones y poder operar con normalidad en el mercado de transferencias. Si bien el club ha realizado pagos parciales para reducir el número de prohibiciones, aún persisten varias que deben ser saldadas para habilitar la llegada de refuerzos.
La situación contractual de Miller Bolaños y Ángel Mena en sus respectivos clubes ha sido objeto de especulación en el entorno emelecista. Ambos jugadores han sido vinculados en repetidas ocasiones con un posible regreso al Capwell, alimentando la ilusión de la hinchada que los considera parte de la historia grande del club. La bandera en el partido contra Orense es una muestra palpable de ese deseo colectivo, una forma de expresar el cariño y la esperanza de ver nuevamente a estos talentos vestir la camiseta azul.
Mientras tanto, la dirigencia de Emelec se encuentra en una carrera contra el tiempo para solucionar las limitaciones impuestas por la FIFA. La posibilidad de incorporar jugadores, ya sean regresos anhelados o nuevas incorporaciones, depende directamente de la capacidad del club para saldar sus compromisos financieros. La hinchada, por su parte, no pierde la oportunidad de enviar su mensaje, dejando claro que, a pesar de las dificultades, sus ídolos tienen las puertas abiertas de lo que consideran "su casa".
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