Por David Alomoto

Gabriel Villamil llegó a Liga Deportiva Universitaria de Quito como una de las incorporaciones con mayor proyección internacional, buscando sumar solidez y distribución al mediocampo. El joven volante boliviano fue visto como una pieza clave para el esquema de Tiago Nunes, con la expectativa de que su juventud y su experiencia en selecciones nacionales lo ayudaran a consolidarse en la alta competencia sudamericana, especialmente en la Copa Libertadores.
Lamentablemente para él y para LDU, la noche de la eliminación en la Copa Libertadores ante Palmeiras fue un punto bajísimo en su desempeño. En el partido crucial en Brasil, donde el equipo necesitaba liderazgo y contención, Villamil fue señalado por la hinchada y la prensa por su bajo rendimiento, siendo calificado de "desaparecido". Su incapacidad para controlar el mediocampo y frenar la ofensiva brasileña contribuyó significativamente al colapso del equipo y al 4-0 final.
Tras la amarga caída internacional, el mediocampista tuvo una oportunidad inmediata de redención en el ámbito local contra Orense, el primer partido de LDU en casa después de la eliminación. En este encuentro, la presión era alta para los jugadores, que debían demostrar carácter ante una hinchada dolida y escéptica. Villamil, a diferencia de su actuación en Brasil, logró mostrar una versión completamente diferente y muy superior.
En el partido contra Orense, Gabriel Villamil se lució y fue considerado la figura por varios analistas locales. El boliviano tomó el control del mediocampo, mostró agresividad en la recuperación, precisión en los pases largos y cortos, e incluso se proyectó con peligro al ataque. Su actuación fue clave para que LDU consiguiera la victoria, demostrando que posee la calidad técnica y el potencial para ser un jugador importante, aunque el escenario no fuera de la misma exigencia que la Libertadores.
La marcada diferencia entre el bajo rendimiento de Villamil en la Libertadores y su brillante actuación en la Liga Pro expone una dualidad común en jugadores jóvenes: la dificultad para manejar la presión de los grandes escenarios internacionales. Si bien su calidad es indiscutible en el torneo local, el desafío para el boliviano será encontrar la consistencia y la fortaleza mental para replicar ese nivel en las competiciones continentales, donde la exigencia y la velocidad son máximas.

07/11/2025

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06/11/2025

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