Dijeron que se quería ir y no jugó ante Orense, así festejó Octavio Rivero el gol de Janner Corozo en Barcelona SC
El delantero estuvo en la banca de suplentes tras los rumores que pidió a su agente que escuche ofertas para el 2026
La situación del delantero uruguayo Octavio Rivero en Barcelona Sporting Club ha sido tema de constante especulación, con rumores circulando sobre un posible deseo de abandonar el club por falta de minutos o adaptación. Su ausencia en el once titular para el partido ante Orense, e incluso su no participación en el juego, solo sirvió para avivar estas versiones, manteniendo la atención sobre sus reacciones fuera del campo.
A pesar de las habladurías sobre su descontento o deseos de partida, Rivero protagonizó un gesto que desmintió cualquier rumor de mala actitud o indiferencia hacia el equipo. Cuando Janner Corozo ejecutó el polémico penal y anotó el gol para el Barcelona, la reacción del delantero uruguayo desde el banco de suplentes fue observada con detenimiento por quienes seguían la transmisión y el ambiente en el estadio.
Lejos de mostrar desinterés o frustración, Octavio Rivero tuvo una reacción efusiva y positiva. El delantero se levantó de su silla en el banco de suplentes, un movimiento que denota una participación activa en el juego, incluso desde la reserva. Este gesto físico indicó que el uruguayo estaba completamente metido en el partido y en el éxito de su equipo.
El gesto no se quedó solo en levantarse: Rivero acompañó su movimiento con un aplauso visible y enérgico dirigido hacia Janner Corozo y el resto del equipo que celebraba el tanto. Este aplauso fue interpretado como un signo de compañerismo y apoyo genuino, demostrando que, más allá de su situación personal o los rumores de transferencia, su deseo de ver ganar al Barcelona S.C. es sincero.
La reacción de Rivero fue significativa porque contrasta directamente con la narrativa mediática que lo situaba como un jugador descontento y ajeno a la dinámica del grupo. Su celebración del gol de Corozo, especialmente tras la tensión previa por la ejecución del penal, sirvió para enviar un mensaje claro: el delantero está, al menos públicamente, alineado con el objetivo colectivo del equipo.