El delantero que dejó escapar Liga de Quito ahora es máximo goleador en Argentina y vale 2.5 millones
Seguramente ahora se arrepienten de haberlo dejado ir porque es genio y figura. Se trata de Tomás Molina en Argentinos Juniors
En el mundo del fútbol, los errores en la gestión deportiva pueden costar muy caro. Un ejemplo de esto lo vive el fútbol de Liga de Quito, que en su momento dejó ir a un delantero que hoy brilla con luz propia en la primera división de Argentina. Se trata de Tomás Molina, un goleador que ha encontrado su mejor versión en el país de su origen y cuyo valor en el mercado ha alcanzado una cifra considerable.
La historia de Molina en el fútbol de LDU no fue tan brillante como lo ha sido ahora. El delantero, que se ha consolidado como uno de los más importantes del fútbol, tiene en sus manos la oportunidad de hacer historia, y su camino para convertirse en una leyenda del fútbol ya ha comenzado.
El delantero, que se ha consolidado como uno de los más importantes del fútbol, tiene en sus manos la oportunidad de hacer historia, y su camino para convertirse en una leyenda del fútbol ya ha comenzado.
La situación se ha convertido en una gran polémica en las redes sociales. Muchos aficionados han manifestado su enojo con la decisión, y han acusado a la directiva de haber sido injusta con el jugador. La noticia ha provocado una gran indignación en el mundo del fútbol.
En conclusión, la historia de Tomás Molina es una gran lección para el fútbol. La pasión, el trabajo y el talento son los elementos clave para el éxito en el fútbol. El jugador, que se ha consolidado como uno de los más importantes del fútbol, tiene en sus manos la oportunidad de hacer historia, y su camino para convertirse en una leyenda del fútbol ya ha comenzado.
La situación es un gran desafío para el jugador, que tendrá que demostrar que su compromiso con el equipo es más grande que cualquier falta de pago. A pesar de que la situación ha sido un gran golpe, la afición de Molina se ha mostrado muy unida y han demostrado que su pasión es más grande que cualquier decepción.