En reunión de socios le empezaron a reclamar el fracaso del Centenario de BSC y no gustó a Antonio Álvarez, esto hizo

La Asamblea General de Socios del Barcelona Sporting Club, programada para este domingo, no pudo llevarse a cabo por la ausencia de un quórum suficiente, una situación que, lejos de calmar los ánimos, avivó la frustración de los socios presentes. En lugar de una reunión formal, se gestó un tenso “conversatorio” en el Estadio Monumental, donde los miembros del club aprovecharon la oportunidad para confrontar directamente a la directiva y exigir explicaciones sobre la desastrosa gestión que, según ellos, ha sumido a la institución en una crisis.

La indignación de los socios se centra en varios puntos críticos que han marcado la administración actual. Uno de los más graves es la gigantesca deuda de 54 millones de dólares, una cifra que ha crecido exponencialmente y que pone en riesgo la estabilidad financiera del equipo. Esta carga económica ha sido la causa principal de la desconfianza y el enojo, ya que los socios consideran que el manejo de los recursos ha sido irresponsable y perjudicial para el futuro del club.

Además de la crisis económica, la falta de resultados deportivos es otro de los motivos de la furia de la afición. Los socios le echaron en cara a la directiva los cinco años sin títulos, un período que contrasta con la rica historia ganadora del club. La ausencia de logros importantes ha generado una sensación de estancamiento y frustración, especialmente después de un año que se esperaba fuera histórico, con la celebración del centenario del club, pero que terminó en un rotundo fracaso deportivo.

Uno de los momentos que más intensificó el caos fue la actitud del presidente Antonio Álvarez. Los socios, con todo el derecho de ser escuchados, se sintieron menospreciados cuando el presidente, en un acto que muchos consideraron una falta de respeto, no les cedió el micrófono para que pudieran expresar sus quejas de manera ordenada. Esta falta de apertura al diálogo exacerbó la tensión y demostró una desconexión total entre la directiva y la base social del club.

La frustración y la indignación de los socios se hicieron evidentes en cada grito y cada reclamo. Los videos que circularon en las redes sociales capturaron la rabia de los aficionados que, después de años de apoyo incondicional, sienten que han sido traicionados por una gestión que no ha estado a la altura del equipo más popular de Ecuador. La escena fue un claro reflejo de la crisis institucional que vive el Barcelona SC y del descontento generalizado de sus miembros.

Este incidente en el Monumental es una llamada de atención para la directiva. La afición no está dispuesta a tolerar más promesas vacías y exige un cambio radical en la forma en que se maneja el club. La falta de quórum en la asamblea y el tenso “conversatorio” son una señal inequívoca de que la confianza está rota y de que los socios están listos para tomar medidas más drásticas si no ven un cambio inmediato. El futuro del Barcelona SC está en juego, y la voz de sus socios ya no puede ser ignorada.