En vivo revelaron que LDU y Libertad quisieron jugar aunque las luces estaban apagadas y esta respuesta dio el árbitro
El segundo tiempo en el Rodrigo Paz se retrasó porque no estaban al 100% las luminarias
Contrario a la decisión inicial de suspender o prolongar la espera, información posterior y reportes en medios como Zapping y otros programas deportivos indicaron que el partido entre Liga de Quito y Libertad en el Estadio Rodrigo Paz Delgado sí se reanudará antes de que el 100% de las luminarias estuviera completamente operativo. Este cambio de criterio del árbitro central fue determinante para evitar una suspensión o una demora excesiva, priorizando la culminación del evento deportivo sobre la estricta garantía lumínica.
La clave para la reanudación se encontró en la evaluación final del árbitro y la presión implícita del entorno. A pesar de que los protocolos técnicos exigen la iluminación total para garantizar la uniformidad y seguridad, el árbitro habría considerado que la luz existente, aunque no al máximo de su capacidad, era suficiente para mitigar los riesgos más graves para los jugadores, especialmente en un momento donde ambos equipos (a través de sus capitanes, Quintero y Zambrano) manifestaron su deseo de seguir jugando.
La decisión de reanudar el partido sin la iluminación completa representa un ejercicio de balance entre la estricta reglamentación y la necesidad de continuidad deportiva. En situaciones atípicas como fallas eléctricas, los árbitros a menudo deben tomar decisiones pragmáticas. Si la visibilidad es aceptable (es decir, superior a un umbral mínimo de seguridad, aunque inferior al 100%), algunos árbitros optan por continuar, especialmente cuando no hay lluvia intensa que dificulte aún más el campo visual y con la anuencia de los equipos.
El antecedente del apagón en la final de 2020 ante Barcelona SC pudo haber influido en la celeridad con la que se buscó resolver este nuevo incidente. La dirigencia y el personal técnico del Rodrigo Paz Delgado estaban bajo la lupa. La rápida acción para al menos restablecer una iluminación funcional, junto con la disposición de los capitanes, permitió que el árbitro tomara una decisión menos radical que la suspensión, evitando así una nueva controversia en torno a las luces del estadio.
