Fabián Bustos está libre y podría reemplazar a Rescalvo, pero por esta insólita razón Barcelona SC no lo llamaría
El Toro Bustos consiguió grandes hitos para la historia del Ídolo, sin embargo no lo llamarían porque los hinchas decían "que jugaba feo"
Ante la crisis de resultados generada por Ismael Rescalvo, el nombre de Fabián Bustos —actualmente libre— emerge automáticamente como un posible reemplazo en el banquillo de Barcelona Sporting Club (BSC). El "Toro" tiene a su favor un palmarés reciente en el 'Ídolo' que pocos pueden igualar: fue el artífice del Campeonato 2020 y llevó al equipo a las semifinales de la Copa Libertadores en 2021, un hito histórico. Su gestión en términos de resultados y logros deportivos es innegable y objetivamente exitosa.
A pesar de sus grandes éxitos, que incluyen también un vicecampeonato en 2022 (perdido en la final por penales con un error del Kitu Díaz), la gestión de Bustos estuvo siempre marcada por una profunda división en el entorno barcelonista. Los hitos deportivos eran constantemente opacados por un argumento insólito y poco común en el fútbol: a gran parte de la hinchada "no le gustaba cómo jugaba" el equipo. Esta percepción se convirtió en un factor de presión tan grande que eclipsaba las victorias y los logros.
La razón por la cual la dirigencia de Barcelona SC se abstendría de llamar a Fabián Bustos es, irónicamente, la misma que lo llevó a dejar el club: el rechazo masivo de la afición por su estilo de juego. Aunque Rescalvo ha cosechado resultados mucho peores que el "Toro", la directiva teme desatar una nueva ola de indignación y protestas. La historia demostró que en BSC la estética prima sobre los números para un sector de la fanaticada, y Bustos se fue en 2023, renunciando cuando el equipo iba segundo, justo después de perder un Clásico (que ganaban y pudieron liquidar con un penal errado por Damián Díaz).
Uno de los momentos cumbre de su paso por BSC fue en 2021, cuando el equipo llegó a la instancia de semifinales de la Copa Libertadores. Sin embargo, en el torneo local, Bustos no pudo cerrar el año como finalista de la LigaPro. Una de las derrotas más recordadas de esa etapa, que le costó puntos clave, ocurrió en Cuenca, y la misma fue atribuida, de forma folclórica por los hinchas y el periodismo, a la polémica acción del árbitro Guillermo Guerrero, apodada la "retroexcavadora", que incidió directamente en el resultado.
La realidad del fútbol en Guayaquil es que Fabián Bustos, el técnico que entregó una estrella y un logro internacional histórico, es visto como un riesgo político y deportivo. La directiva prefiere mantener a un técnico cuestionado por resultados (Rescalvo) antes que traer de vuelta a un campeón que fue echado por la presión popular. Esta insólita situación es un reflejo de que, en ciertos clubes, la memoria histórica es corta y la pasión de la hinchada, enfocada en el "jugar bonito", puede vetar el regreso de un entrenador que, objetivamente, tiene mejores credenciales que la mayoría de los disponibles.
