Fue campeón de América pero como en LDU ni lo regresaron a ver, mejor se fue a trabajar en IDV y la rompe

La historia de Jairo Campos, exdefensa central y campeón de la Copa Libertadores 2008 con Liga de Quito (LDU), es un claro ejemplo de cómo la falta de visión en un club puede beneficiar a su rival directo. Tras una exitosa carrera como jugador que lo consolidó como un referente defensivo, Campos buscó iniciar su camino como entrenador. Sin embargo, en el club de sus mayores glorias, LDU, las puertas para su regreso no se abrieron, o al menos no en un rol significativo que aprovechara su experiencia y ADN ganador, dejándolo en un limbo profesional.

Ante la indiferencia o la falta de un proyecto claro en Ponciano, Jairo Campos decidió volcar su experiencia en las filas de Independiente del Valle (IDV), el club que se ha convertido en la fábrica de talentos y la potencia continental de Ecuador en la última década. Inicialmente, Campos se integró a las categorías formativas, trabajando en la base, un rol que demostró la humildad y la voluntad del exjugador por aprender el oficio de la dirección técnica desde cero, lejos de los reflectores.

El talento y la ética de trabajo de Jairo Campos no pasaron desapercibidos en la estructura negriazul. Gracias a su desempeño en las divisiones inferiores, Campos fue ascendido rápidamente al cuerpo técnico del primer equipo. Actualmente, se desempeña como mano derecha y asistente técnico principal del entrenador español Javier Rabanal. Esta posición clave lo sitúa en el centro de las decisiones tácticas y de gestión de la plantilla, demostrando la confianza plena del club en sus capacidades.

El impacto de Jairo Campos en IDV ha coincidido con un momento de alta exigencia competitiva para el equipo. Bajo el liderazgo de Rabanal y con Campos como un pilar en el cuerpo técnico, Independiente del Valle se encuentra peleando en los tres frentes principales de la temporada: el torneo de liga local, la Copa Ecuador y la Copa Libertadores. Esta lucha constante por la gloria es una revancha silenciosa para Campos, demostrando que su conocimiento y mentalidad de campeón son activos valiosos.

Para Liga de Quito, la decisión de no darle una oportunidad relevante a Jairo Campos en sus cuerpos técnicos se ha convertido en una oportunidad perdida. Tener a un referente e ídolo como parte del staff no solo inyecta sentido de pertenencia y mentalidad ganadora, sino que también sirve de puente entre la historia del club y las nuevas generaciones. Ahora, ven cómo un campeón formado en sus filas contribuye al crecimiento y éxito de su principal competidor a nivel local.

Mientras LDU podría lamentar no haber "regresado a ver" a uno de sus héroes, Independiente del Valle ha ganado un activo invaluable. La presencia de un jugador con la experiencia de Jairo Campos, que sabe lo que es ganar una Libertadores y manejar la presión de las finales, es vital para un equipo joven y ambicioso. El éxito de IDV en los tres frentes actuales será, en parte, un testimonio de que la visión de futuro y la meritocracia del club de Sangolquí son más fuertes que la nostalgia.