Los de Católica se dedicaron a pegar y las tres figuras de Liga de Quito que casi se van lesionados
En el 1er tiempo, la U tuvo algunos jugadores a los que les entraron muy fuerte como son Ricardo Adé, Fernando Cornejo y Bryan Ramírez
El partido de la LigaPro entre Universidad Católica y Liga de Quito en el Estadio Olímpico Atahualpa se caracterizó por una intensidad física que rozó el límite de lo reglamentario. En lugar de centrarse únicamente en el juego asociado, el equipo "camarata" pareció enfocar gran parte de su estrategia en la fricción y el juego brusco, una táctica que encendió las alarmas en el banquillo albo. Esta dureza excesiva provocó la preocupación inmediata por la integridad física de los futbolistas de la "U", especialmente de cara a su inminente y trascendental compromiso de Copa Libertadores.
La mayor tensión se vivió en el primer tiempo, un periodo en el que las entradas fuertes por parte de los jugadores de Católica se multiplicaron, dirigidas específicamente hacia figuras clave de Liga. El cuerpo técnico de LDU veía con creciente inquietud cómo sus elementos más importantes eran castigados con vehemencia. La preocupación no era solo por el partido en curso, sino por el riesgo real de que una de estas acciones terminara en una lesión grave, comprometiendo así la participación de los jugadores en el crucial duelo de semifinales continentales.
Entre los jugadores más afectados y que estuvieron cerca de salir lesionados se encontraban tres pilares fundamentales en el esquema de Liga de Quito. Uno de ellos fue el zaguero Ricardo Adé, el inamovible bastión de la defensa, quien recibió fuertes impactos que pusieron a prueba su resistencia física y mental. Su presencia en la línea defensiva es vital, por lo que cualquier golpe en su zona ponía nervioso a todo el entorno albo, sabiendo que sin él, la defensa perdería gran parte de su solidez.
Otro de los futbolistas que sufrió la dureza rival fue el mediocampista Fernando Cornejo. El volante chileno, clave en la recuperación y la distribución del juego, fue objeto de entradas que interrumpieron su ritmo y mermaron su despliegue físico. Cornejo logró mantenerse en cancha, pero su rostro reflejaba el dolor y la frustración ante la constante intensidad de los mediocampistas de Católica, quienes buscaban anular su influencia en el centro del campo a base de contactos.
Finalmente, el carrilero Bryan Ramírez fue el tercer jugador importante que sintió la vehemencia de los marcajes. Su velocidad y proyección ofensiva son un arma constante para Liga, lo que lo convierte en un objetivo defensivo. Ramírez fue derribado en varias ocasiones, mostrando gestos de dolor que obligaron al cuerpo médico a atenderlo en el campo. La imagen de estas tres figuras tambaleándose y recibiendo atención médica fue el reflejo más claro de la batalla física que se libró en el Atahualpa.
Este enfoque de Universidad Católica en el roce generó un debate sobre la prioridad de los rivales ante un equipo que tiene un compromiso internacional de tal magnitud. Para Liga de Quito, la tarde no solo significó un enfrentamiento por los puntos en la LigaPro, sino una prueba de resistencia y un ejercicio de supervivencia, con la mira puesta en evitar cualquier daño que pudiera restar fuerzas a su plantilla de cara a la esperada semifinal de la Copa Libertadores.