Mientras la deuda de Barcelona SC subió a 55 millones, el déficit que tiene Emelec y no puede fichar

Barcelona SC y Emelec, los 2 equipos de Guayaquil, se encuentran en una crisis económica

Barcelona SC-Emelec / Foto: API
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La crisis financiera que atraviesa el fútbol del Astillero ha alcanzado niveles críticos, marcando una brecha de gestión y realidades distintas entre los dos colosos de Guayaquil. Mientras Barcelona Sporting Club ha visto cómo su pasivo se dispara por encima de los 55 millones de dólares, el Club Sport Emelec enfrenta un panorama igualmente sombrío que, además de la carga económica, compromete directamente su capacidad operativa en el mercado de transferencias para las próximas temporadas.

En el caso de Barcelona SC, las cifras reveladas en las asambleas de socios de 2024 y 2025 confirman un incremento alarmante de su deuda, que ya roza los 60 millones de dólares. Según la directiva liderada por Antonio Álvarez, factores como la inestabilidad institucional durante los procesos electorales y la falta de respeto a los presupuestos aprobados han inflado un déficit que parece difícil de contener, obligando al club a buscar financiamientos a largo plazo para evitar una parálisis administrativa total.

Por el lado de Emelec, la llegada de Jorge Guzmán a la presidencia en marzo de 2025 trajo consigo revelaciones preocupantes. Inicialmente, el dirigente estimó que el déficit del "Bombillo" bordeaba los 36 millones de dólares, aunque proyecciones posteriores y auditorías en curso han ajustado la cifra hacia los 20 o 30 millones. Guzmán ha sido enfático al señalar que recibió una institución en "estado miserable", sin registros contables claros y con deudas básicas acumuladas que incluyen hasta el servicio de agua del estadio Capwell.

Sin embargo, el problema más asfixiante para el equipo eléctrico no es solo el monto total de la deuda, sino las sanciones impuestas por la FIFA. Emelec ha lidiado con múltiples prohibiciones de inscribir jugadores debido a demandas de exintegrantes como Leandro Vega y Diego García. A diferencia de otros clubes que logran sanear estas deudas puntuales, el "Bombillo" enfrenta restricciones que en algunos casos no se levantan solo con el pago, debido a infracciones administrativas previas, lo que les impide reforzar su plantilla de cara a las competiciones de 2025.

Esta imposibilidad de fichar coloca a Emelec en una desventaja competitiva severa frente a sus rivales directos. La gestión de Guzmán se ha centrado en intentar "apagar incendios" financieros, priorizando el pago de sueldos atrasados que heredó de la administración de José Pileggi. Para el directivo, el déficit actual es una cifra que consideran "manejable" bajo un plan estricto de austeridad, pero el daño reputacional y deportivo causado por los constantes bloqueos de FIFA sigue siendo el mayor obstáculo para su recuperación.

El Astillero vive una época de vacas flacas donde la supervivencia financiera se ha vuelto tan importante como los resultados en la cancha. Mientras Barcelona intenta reestructurar una deuda monumental para mantener su protagonismo, Emelec lucha por recuperar su derecho a competir en el mercado, atrapado en un laberinto de juicios y sanciones que limitan su futuro inmediato. El destino de ambos clubes dependerá de la transparencia de sus auditorías y de la capacidad de sus dirigencias para atraer inversión en medio de la crisis.

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