Mientras Miguel Parrales salvó a Barcelona SC, el jugador que fue un fiasco ante Vinotinto

El delantero salvó de la catástrofe al Ídolo, que tuvo un jugador menos porque Jhonny Quiñónez no colabora ni suma

Barcelona SC / Foto: BSC
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El gol agónico de Miguel Parrales en el minuto 94 no solo le dio la victoria a Barcelona Sporting Club sobre Vinotinto Ecuador sino que también sirvió para tapar las deficiencias y el bajo rendimiento general del equipo. La épica del triunfo del delantero, que ingresó desde el banquillo, contrastó notablemente con la actuación de otros jugadores que estuvieron lejos del nivel que se espera en un club de la talla del 'Ídolo del Astillero', siendo uno de los más señalados el mediocampista Jhonny Quiñónez.

La actuación de Jhonny Quiñónez en el mediocampo de Barcelona fue catalogada por muchos como un verdadero fiasco. El volante, que debería ser un motor en la recuperación y un punto de apoyo en la distribución, mostró una preocupante falta de intensidad y sacrificio. Su escasa colaboración en la marca y su nula aportación ofensiva provocaron que el equipo se sintiera, en varias fases del partido, con un hombre menos en el campo, obligando a sus compañeros a duplicar esfuerzos para cubrir sus espacios.

La crítica hacia Quiñónez se centra en que, en un partido que se volvió trabado y físico por la resistencia de Vinotinto, él no logró imponerse ni sumarse al trabajo colectivo de desgaste. Su lenguaje corporal en varios momentos del encuentro reflejó una apatía que terminó por contagiar una sensación de lentitud al mediocampo 'torero'. Esto resultó particularmente costoso en la fase de creación, donde Barcelona careció de inventiva y recurrió a los ineficaces centros laterales.

Este rendimiento deficiente de Quiñónez contrasta directamente con la solución provista por Miguel Parrales. El delantero, que ingresó con la misión de cambiar el rumbo del partido, demostró la actitud de un jugador que quiere ganarse un puesto, y su gol fue el resultado de la perseverancia y el instinto de estar en el lugar justo. La efectividad de Parrales en la única jugada clave en la que participó le dio los tres puntos al equipo, lo que se consideró como un rescate de la "catástrofe" inminente del empate.

Mientras Parrales se erigió como el salvador, al ser el héroe de la noche, Quiñónez se convirtió en el punto débil evidente. El fútbol moderno exige que todos los jugadores, independientemente de su posición, colaboren en las facetas defensivas y ofensivas. La falta de compromiso y la baja performance del mediocampista generaron un desequilibrio táctico que su rival estuvo a punto de aprovechar para frustrar las aspiraciones de Barcelona de sumar de a tres.

En retrospectiva, la victoria de Barcelona SC fue una obra de la individualidad, la fe y la fortuna, gracias a la aparición de un Miguel Parrales que tuvo un impacto inmediato. No obstante, el partido dejó una seria advertencia para el cuerpo técnico sobre el nivel de Jhonny Quiñónez. El 'Ídolo' no puede permitirse que un jugador de su once titular no "colabore ni sume" en partidos tan cerrados, y se espera que el club tome medidas para recuperar su mejor versión o buscar alternativas que garanticen el compromiso y el aporte necesario en el centro del campo.

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