Mientras todos sus compañeros celebraron el baile a Emelec, lo primero que hizo Joao Rojas tras el 4 a 0 en el Capwell
BSC goleó a su rival directo en el Capwell, Rojas volvió a jugar y lo primero que hizo fue arrodillarse y dar gracias a Dios por volver
En medio de la euforia desatada por la goleada de Barcelona SC sobre Emelec, una escena particular en el campo de juego del Capwell captó la atención de todos. Mientras los jugadores de Barcelona celebraban el 4-0, Joao Rojas hizo algo completamente diferente. Su reacción, lejos de unirse al jolgorio colectivo, fue un momento de profunda introspección y gratitud.
Rojas, que había regresado a las canchas después de una larga y complicada lesión, se arrodilló sobre el césped. Con la cabeza gacha y las manos entrelazadas, permaneció en esa posición durante varios segundos, en lo que parecía una oración silenciosa. Su gesto fue un recordatorio para todos los presentes de la dura batalla que había librado fuera de los terrenos de juego.
Este acto de fe y agradecimiento contrastó fuertemente con la algarabía de sus compañeros, quienes saltaban, se abrazaban y festejaban la abultada victoria. La imagen de Rojas, solo y arrodillado en el medio del campo, se hizo viral en las redes sociales. Para muchos, fue un momento emotivo que resaltó la fortaleza mental del jugador y su perseverancia para volver a competir al más alto nivel.
La lesión que sufrió lo mantuvo fuera de las canchas por más de un año, un calvario que puso a prueba su carrera profesional y su espíritu. Regresar en el Clásico del Astillero, el partido más importante del fútbol ecuatoriano, y formar parte de una goleada tan significativa, fue sin duda un momento de redención personal. Su rodilla en el césped no era solo un acto religioso, era el final de un ciclo de dolor y el inicio de una nueva etapa.
Esta reacción de Rojas también envió un mensaje poderoso sobre la madurez del jugador. No se trataba solo de celebrar una victoria deportiva, sino de valorar la oportunidad de volver a hacer lo que más le apasiona. Su gratitud a Dios por haberle permitido regresar, sobre un campo de juego que tantas veces lo vio brillar, dejó una huella en el corazón de los aficionados que lo vieron.
El 4-0 en el Capwell no solo fue un triunfo para Barcelona SC, fue también el escenario del regreso triunfal de un jugador que supo superar la adversidad. La humildad y el agradecimiento de Joao Rojas al final del partido no solo le sumaron puntos ante su afición, sino que también demostraron el verdadero significado del deporte: una mezcla de pasión, disciplina, fe y, sobre todo, gratitud.