No podía ni parar un balón y a Guillermo Duró no le tembló la mano, lo borró en Emelec contra Libertad
En el partido ante Miguel Iturralde no podía ni dar un pase, ahora ante Libertad ya no apareció en Emelec: Jackson Rodríguez
El fútbol, con su implacable exigencia, no perdona los bajones de rendimiento, especialmente en clubes de la envergadura de Emelec. La situación del lateral Jackson Rodríguez es un claro ejemplo de ello. Tras una actuación muy cuestionada en el partido ante Miguel Iturralde, donde su desempeño estuvo lejos de lo esperado, el entrenador Guillermo Duró no dudó en tomar una decisión drástica: lo borró de la convocatoria para el encuentro contra Libertad en Loja. Esta medida refleja la nula tolerancia del estratega argentino ante las inconsistencias y la necesidad de priorizar el rendimiento del equipo.
El partido contra Miguel Iturralde fue un punto de inflexión para Jackson Rodríguez. En ese compromiso, el lateral mostró un nivel preocupante. Las críticas se centraron en su incapacidad para controlar el balón, un aspecto fundamental para cualquier futbolista profesional. Se le vio impreciso en los pases, con dificultades para conectar con sus compañeros y sin la solvencia necesaria en su sector. Errores básicos que en el fútbol de élite suelen tener consecuencias.
La imagen de un jugador profesional que "no podía ni parar un balón" es un indicio claro de un momento de baja forma, ya sea física, técnica o incluso mental. Esta situación, sumada a la dificultad para "dar un pase" preciso, encendió las alarmas en el cuerpo técnico de Emelec. La irregularidad en el fútbol es aceptable hasta cierto punto, pero cuando se afectan los fundamentos del juego, la paciencia suele agotarse.
Guillermo Duró, conocido por su carácter firme y su apego a la disciplina táctica, demostró que "no le tembló la mano" a la hora de tomar decisiones difíciles. La banca de suplentes o, en este caso, la ausencia total de la convocatoria, es un mensaje contundente para cualquier jugador. Es una señal de que el rendimiento no está a la altura de las exigencias del equipo y que hay otros compañeros que están en mejor forma para asumir la responsabilidad.
La ausencia de Jackson Rodríguez en el partido contra Libertad en Loja fue notoria. Si bien en el encuentro anterior su presencia en el campo ya era motivo de preocupación, esta vez simplemente "ya no apareció" en la nómina. Esta decisión de Duró subraya la importancia de la meritocracia y la necesidad de tener a los jugadores en su mejor versión para competir en un torneo tan exigente como el fútbol ecuatoriano.
Para el futbolista, este es un momento crucial. Ser apartado del equipo, especialmente después de una mala actuación, puede ser un golpe duro para la confianza. Sin embargo, también representa una oportunidad para la reflexión y el trabajo individual. Jackson Rodríguez deberá esforzarse al máximo en los entrenamientos para recuperar su nivel, demostrarle al cuerpo técnico que puede superar este bache y volver a ser una opción confiable para el lateral izquierdo de Emelec.
La postura de Guillermo Duró envía un mensaje claro a todo el plantel: el compromiso y el rendimiento son innegociables. No importa el nombre o la trayectoria, si un jugador no está en sintonía con lo que el equipo necesita, el entrenador tomará las medidas necesarias. Esta política de mano dura, aunque a veces impopular, busca mantener la competitividad y la ambición en un club con las aspiraciones de Emelec.
En resumen, la ausencia de Jackson Rodríguez en el partido de Emelec contra Libertad, tras una actuación deficiente ante Miguel Iturralde, es una muestra de que Guillermo Duró no dudará en prescindir de aquellos que no estén a la altura. La incapacidad del lateral para controlar el balón y dar pases precisos lo marginó de la convocatoria, evidenciando que en el fútbol profesional, las oportunidades se ganan con rendimiento constante y sin errores fundamentales.