No solo se bordaron 2 estrellas negras, mira las copas que tiene BSC en su museo por las finales de Libertadores
El cuadro Ídolo del Astillero ha exhibido dos trofeos pero que no son del campeonato de Libertadores, sino del 2do lugar
El Barcelona Sporting Club (BSC), el "Ídolo del Astillero", ostenta con orgullo su rica historia marcada por campeonatos nacionales. Sin embargo, en el ámbito internacional, su narrativa está ligada a un sentimiento de gloria incompleta. La referencia popular a las "dos estrellas negras" no solo es una metáfora de las dos finales de Copa Libertadores perdidas por el club, sino que es un recordatorio constante de las grandes cimas que el club alcanzó sin poder conquistar el trofeo continental más ansiado de Sudamérica.
La trascendencia de estas dos finales es tal que su recuerdo se materializa en el propio museo del Barcelona SC. Lejos de esconder los momentos de derrota, el club ha optado por exhibirlos como parte fundamental de su identidad y resiliencia. En una zona destacada del recorrido histórico, se encuentran exhibidos dos trofeos conmemorativos. Estos no son el trofeo original de la Libertadores, sino réplicas o premios que la CONMEBOL otorga a los subcampeones del certamen continental, simbolizando el reconocimiento a su enorme logro.
Acompañando a estos trofeos de subcampeón, el club ha colocado un póster o panel gigante que domina el espacio, sirviendo como un tributo a las hazañas. En esta gigantografía, se resaltan en grandes caracteres los años específicos en los que el equipo torero alcanzó la instancia decisiva del torneo. Estos años, 1990 y 1998, quedan inmortalizados no como fechas de derrota, sino como momentos cumbres en la trayectoria del club, donde Barcelona se midió de igual a igual con los gigantes del continente.
La decisión de exhibir estos recuerdos es un acto de honestidad histórica y una herramienta para mantener viva la mística copera del club. El mensaje implícito para la hinchada es que, aunque el máximo título se escapó en ambas ocasiones, el hecho de haber llegado a esas finales frente a equipos como Olimpia (1990) y Vasco da Gama (1998) es un logro monumental que pocos clubes ecuatorianos han podido igualar. Estas "estrellas negras" son, paradójicamente, una fuente de orgullo.
La presencia de estas copas y el póster gigante en el museo sirven también como un motor de ambición para las nuevas generaciones. Cada jugador que visita el museo y cada aficionado que observa esos trofeos es recordado de la deuda histórica que tiene el club con su hinchada: el primer título de la Copa Libertadores. Los subcampeonatos actúan como la vara más alta de éxito alcanzada, pero también como el peldaño final que falta por escalar para alcanzar la gloria eterna.
El museo de Barcelona SC no solo celebra las conquistas nacionales, sino que honra las luchas internacionales. Las dos copas de subcampeón y el póster de las finales perdidas son mucho más que simples objetos; son la representación física de la garra, el sufrimiento y la grandeza histórica del club. Estas exhibiciones reafirman que la identidad del 'Ídolo' se forjó en el sueño de la Libertadores, un sueño que, aunque no se concretó, sigue siendo la principal motivación de la institución.