(VIDEO) Ricardo Adé le quitó el puesto a Dida Domínguez en LDU, se puso a tapar y así le fue
Alexander Alvarado fue el encargado de patear los tiros libres para que tape la pantera haitiana
En un episodio que combinó la frustración deportiva con el humor involuntario, el defensor haitiano Ricardo Adé protagonizó una escena insólita al tener que asumir el rol de portero de emergencia en LDU. Esta situación se dio tras la expulsión del arquero titular, Alexander Domínguez ('Dida'), en un momento crucial del partido, obligando al sólido central a dejar su posición en la zaga para ponerse los guantes y defender la portería 'Alba'.
El cambio de rol de Adé fue forzado, pero no por una decisión táctica, sino por la imperiosa necesidad de la expulsión. Con la salida de 'Dida' Domínguez y sin más cambios disponibles, fue el defensor central haitiano quien tomó la valiente decisión de asumir la responsabilidad. El fuerte zaguero, conocido por su liderazgo y agresividad en la marca, se paró bajo los tres palos, generando una mezcla de nerviosismo y expectativa en la hinchada.
El destino quiso que la primera gran prueba de fuego para el "portero haitiano" fuera un tiro libre peligroso. La ejecución de esta acción recayó sobre los hombros del mediocampista ofensivo Alexander Alvarado, un especialista en la pelota quieta y compañero de Adé en LDU. Lo que siguió fue una secuencia que se prestó para las bromas y que demostró la diferencia entre ser un gran defensor y un portero profesional.
La incursión de Adé en el arco no tuvo el final heroico que la afición esperaba. A pesar de los esfuerzos y la buena voluntad del haitiano, Alexander Alvarado le hizo todos los goles en las ocasiones de pelota parada que tuvo que enfrentar. La falta de técnica, posicionamiento y reflejos propios de un portero profesional quedaron en evidencia, confirmando que la posición de arquero es una especialidad que no admite improvisación.
Este experimento improvisado, aunque doloroso en el marcador, sirvió para subrayar la mala suerte y el caos táctico que a veces se vive en el fútbol cuando un equipo se queda con diez hombres y sin arquero. La imagen de Ricardo Adé intentando tapar los remates imparables de su propio compañero, Alexander Alvarado, será recordada como uno de los momentos más singulares de la temporada.