Beccacece educó, su respuesta cuando le preguntaron sobre ir al Bombo 2 del Mundial para que no toquen rivales fuertes

Para el DT de la Tri no le importa que rival venga. "Yo acepto lo que me toque", explicó y con ello se ganó a la afición ecuatoriana

Sebastián Beccacece-Selección Ecuatoriana / Foto: El Futbolero Ecuador
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La clasificación de la Selección Ecuatoriana al Mundial ha generado una oleada de optimismo, y gran parte de ese entusiasmo recae en la figura de su entrenador, Sebastián Beccacece. Tras asegurar su boleto, uno de los temas recurrentes en el entorno periodístico y la afición es el posicionamiento de La Tri en el sorteo, específicamente la posibilidad de evitar a los gigantes del fútbol mundial cayendo en un bombo más favorable. Sin embargo, el estratega argentino ha dejado claro que su enfoque es radicalmente diferente al de la especulación sobre el sorteo.

En una reciente rueda de prensa, Beccacece fue consultado sobre si le preocupaba el bombo del sorteo o si prefería ciertos rivales para evitar a las potencias. La pregunta apuntaba a una estrategia de "manejo" de resultados para garantizar una mejor posición. La respuesta del técnico, sin embargo, fue un ejercicio de pedagogía y mentalidad. En lugar de sumarse a los cálculos, el entrenador ofreció una perspectiva centrada en la aceptación y la valentía ante cualquier desafío.

La frase que encapsuló su mentalidad fue un rotundo: "Yo acepto lo que me toque". Beccacece explicó que el objetivo primordial era asegurar la clasificación al Mundial, y una vez allí, la misión es competir contra cualquiera. Para él, la esencia del fútbol no radica en elegir al rival más débil, sino en estar preparado para enfrentar a los mejores del planeta. Esta postura desinteresada en la manipulación del sorteo resonó profundamente con la afición, cansada de las mentalidades conformistas.

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La actitud del seleccionador se interpretó como una valiosa lección para el equipo y el país. Beccacece enfatizó que para alcanzar la grandeza y hacer historia en un Mundial, el equipo debe dejar de lado el miedo y abrazar el espíritu competitivo, sin importar la dificultad del rival. Su respuesta, que priorizó la formación del carácter sobre el cálculo estratégico, fue un bálsamo para los aficionados, quienes vieron en el entrenador un líder que no rehúye a los desafíos.

Esta demostración de temple no pasó desapercibida. Beccacece se ganó rápidamente el cariño y el respeto de la afición ecuatoriana. Su respuesta se alejó de los clichés periodísticos y la típica cautela de los entrenadores, ofreciendo en cambio una muestra de confianza inquebrantable en las capacidades de su equipo. Para el público, el mensaje era claro: La Tri irá al Mundial con la frente en alto, lista para hacer frente a cualquier oponente en el grupo.

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