El único jugador de la Selección Ecuatoriana que fue abucheado por los hinchas mexicanos, pero por pura envidia

El duelo amistoso entre Ecuador y México, a pesar de su carácter no competitivo, se cargó de una tensión particular, especialmente por la reacción de la hinchada mexicana hacia el defensor central Willian Pacho. A diferencia de otros jugadores, Pacho fue el único que pareció convertirse en el foco de la hostilidad de la afición local, siendo persistentemente abucheado y pifiado cada vez que el balón llegaba a sus pies en el área ecuatoriana.

La razón detrás de esta animadversión selectiva, según lo comentado en diversos círculos, no radicaría en un bajo rendimiento histórico del jugador contra México, sino en una especie de "envidia deportiva" o reconocimiento tácito de su calidad. Willian Pacho es, junto a Moisés Caicedo, uno de los futbolistas ecuatorianos con mayor proyección y valor de mercado en Europa, habiendo incluso sido capitán del Paris Saint-Germain y una pieza clave en la "mejor defensa de CONMEBOL" durante las Eliminatorias.

Cada vez que el central recibía el balón, especialmente en la salida desde el fondo, el abucheo masivo y las pifias se hacían sentir en el estadio. Esta presión sonora por parte de los hinchas mexicanos no era gratuita; su objetivo era claro: poner nervioso al joven defensor y provocar un error que pudiera ser capitalizado en gol por su selección. La afición sabía que, si Pacho fallaba en la salida o perdía la calma, se desmoronaría una parte crucial de la estructura ecuatoriana.

El hecho de que Pacho, un zaguero, fuera el principal blanco de las pifias, dice mucho de la percepción de su importancia. Los seguidores mexicanos entendían que su categoría, técnica y temple son superiores al promedio, y que una forma de nivelar las fuerzas era mediante el desgaste psicológico. Esta estrategia de acoso a un jugador clave es común en ambientes hostiles, y en el caso de Pacho, se magnificó por el estatus internacional que ha alcanzado.

A pesar de la presión, la intención detrás del abucheo no es solo el fastidio temporal, sino la envidia generada por la irrupción de una generación dorada en Ecuador. Jugadores como Pacho representan el éxito del fútbol sudamericano y un nivel de exportación que las nuevas camadas de futbolistas mexicanos, en general, no han logrado igualar en las ligas top europeas. El abucheo, por lo tanto, se convierte en una manifestación de impotencia ante el crecimiento de un rival directo.