No solo a Preciado, el jugador de Ecuador al que destruyó moralmente Beccacece y le daba miedo dar un pase ante México
Beccacece hizo un pésimo trabajo en el duelo contra México. Sacó a Angelo Preciado y a otro le quitó la confianza que venía teniendo
La dura crítica de Carlos Arguello en Marca 90 sobre la gestión de Sebastián Beccacece apunta a un problema más profundo que el simple resultado: la destrucción de la moral y la confianza de jugadores clave. Más allá del notorio enfado de Ángelo Preciado tras ser sustituido a los 27 minutos, el comentarista señaló a Pedro Vite como otra víctima del sistema o las decisiones del DT, sugiriendo que el mediocampista jugó con un miedo palpable.
El señalamiento hacia Pedro Vite como un jugador "destruido moralmente" se fundamenta en su desempeño visiblemente errático e inseguro durante el encuentro contra México. Vite fue protagonista involuntario del error que propició el primer gol del Tri, un mal pase en zona de salida que, según la crítica, refleja una falta de claridad y confianza al intentar ejecutar el plan de juego del técnico, o simplemente pánico escénico magnificado por la presión.
La frase lapidaria de Arguello, "Beccacece le está destruyendo la moral a los jugadores y hoy la prueba está en Vite o Preciado que terminó sacándolo por el baile que le dieron por culpa del DT!!", sugiere que el bajo rendimiento de los futbolistas no es un tema de capacidad, sino de un entorno tóxico o una mala dirección técnica. La insistencia en esquemas o posiciones poco naturales, sumado a la presión de ser señalado, estaría generando jugadores temerosos de tomar riesgos o incluso de dar un pase.
En el caso específico de Vite, el "miedo a dar un pase" es la imagen que queda en el análisis, contrastando con el potencial que se le ha elogiado en otras convocatorias. Este temor se relaciona directamente con el nerviosismo que se apoderó de la línea defensiva y el mediocampo ecuatoriano en el primer tiempo, donde la salida de balón se convirtió en una tortura, con pases imprecisos que terminaban en recuperación del rival o en un despeje sin destino.
La crítica enfatiza que, al final, fue la decisión técnica y el planteamiento de Beccacece lo que expuso a los jugadores. Sacar a Preciado tan pronto, aunque en esencia fue una corrección tardía a un mal desempeño, se convierte en un acto que "quema" al futbolista públicamente. En la misma línea, la exposición de Vite a la presión del rival desde una posición o rol incómodo, lo habría llevado a ese estado de parálisis por miedo.
La solución que propone Arguello es contundente: "Esto se soluciona cambiando al entrenador!!!!" Esta afirmación refleja el sentir de un sector de la afición y la prensa que considera que, más allá de los puntos obtenidos, la gestión de Beccacece está comprometiendo el desarrollo y la mentalidad de una generación talentosa de futbolistas. La preocupación no es solo la derrota o el empate, sino la pérdida de confianza y la "destrucción moral" de los jugadores que deben ser el futuro de la selección.