Por Pablo Ordoñez
Un 2 de julio, pero de hace 17 años, el fútbol ecuatoriano vivía su noche más épica. Hoy se conmemora un aniversario más de la gesta de Liga Deportiva Universitaria de Quito, que en 2008 conquistó la CONMEBOL Libertadores, el trofeo más codiciado del continente. Aquel logro no solo significó la primera y única Copa Libertadores para un club ecuatoriano hasta la fecha, sino que también inscribió con letras de oro el nombre de LDU en la historia grande del balompié sudamericano.
La propia CONMEBOL no dejó pasar la fecha desapercibida, utilizando sus redes sociales para recordar la proeza alba: "El recuerdo de una noche histórica para @LDU_Oficial: un día como hoy, en 2008, conquistaba la CONMEBOL #Libertadores." Este mensaje, simple pero contundente, evoca la magnitud de lo conseguido por ese plantel dirigido por el argentino Edgardo Bauza.
El camino no fue fácil. Liga de Quito forjó su leyenda a base de valentía, estrategia y un espíritu inquebrantable. Eliminando a pesos pesados del continente, el equipo capitalino demostró que el fútbol ecuatoriano tenía el nivel para competir y vencer a los más grandes. La final, disputada en el mítico Estadio Maracaná ante Fluminense, fue el clímax de una campaña inolvidable. Tras un global de 5-5 que forzó la definición desde el punto penal, el arquero José Francisco Cevallos se erigió como héroe al atajar tres lanzamientos, sentenciando así la victoria y desatando la euforia en todo un país.
La Copa Libertadores de 2008 no fue solo un título; fue una inspiración. Demostró que con planificación, esfuerzo y un talento bien conjugado, los sueños más ambiciosos pueden hacerse realidad. El plantel de Liga de Quito de aquel año, con figuras como Claudio Bieler, Damián Manso, Joffre Guerrón y la experiencia de un estratega como Bauza, se convirtió en un referente. Su gesta abrió el camino y la mentalidad para que otros clubes ecuatorianos soñaran con alcanzar cimas similares.
El impacto de esa Libertadores se siente hasta hoy. Cada vez que un equipo ecuatoriano participa en un torneo internacional, la hazaña de LDU es recordada como el máximo estándar a seguir. Es un recordatorio constante de que la calidad y la capacidad existen en el fútbol local para trascender fronteras.
Hoy, 17 años después, la imagen de Franklin Salas levantando el trofeo sigue tan viva como en aquel 2 de julio de 2008. Es una fecha para celebrar, para recordar y para honrar a un equipo que no solo hizo historia para Liga de Quito, sino para todo el fútbol ecuatoriano, dejando un legado de gloria que perdura en el tiempo.
13/07/2025
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