Hasta Ricardo Adé ha sentido el trajín de jugar tan seguido con Liga de Quito, así quedó ante Orense

Ricardo Adé, el experimentado defensor central haitiano de Liga Deportiva Universitaria (LDU), es reconocido por su gran despliegue físico, su fortaleza en el juego aéreo y su liderazgo en la zaga. Sin embargo, el intenso calendario que enfrentó LDU, con el clímax de la Copa Libertadores y la rápida reanudación de la Liga Pro, ha sometido al jugador a una exigencia física límite. Adé ha sido uno de los jugadores más utilizados, lo que finalmente comenzó a pasar factura.

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El primer partido de Liga en casa tras la eliminación copera, contra Orense, se convirtió en una clara muestra del agotamiento del plantel, y de Adé en particular. A pesar de su férrea disciplina, el central mostró visibles signos de fatiga avanzada durante el encuentro. El trajín de jugar tan seguido, sumado a la intensidad de la semifinal de Libertadores en Brasil, hizo mella en su físico, dejando claro que el jugador estaba jugando al límite de sus reservas.

La prensa y las cámaras captaron una imagen muy elocuente del cansancio de Ricardo Adé. El central fue visto en varios momentos del partido con "la lengua afuera" y una evidente dificultad para seguir el ritmo. Este gesto físico, usual en situaciones de esfuerzo extremo, comunicaba sin palabras la carga que el cuerpo del haitiano estaba soportando, un reflejo del desgaste acumulado en la fase decisiva de la temporada.

El punto más dramático que reflejó el agotamiento de Adé fue el momento en que, por unos instantes, "se hincó" en el campo. Este gesto, poco común en un defensor de su carácter, fue una rendición momentánea ante el cansancio. Simbolizó la dificultad que sentía para seguir corriendo y fue una señal de que sus músculos y su resistencia habían alcanzado el límite, necesitando unos segundos para recuperar el aliento y poder continuar en el partido.

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El evidente agotamiento de Ricardo Adé sirve como una clara advertencia para el cuerpo técnico de LDU, encabezado por Tiago Nunes. La necesidad de rotar y gestionar los minutos de los jugadores clave se hizo palpable. El riesgo de una lesión muscular por sobrecarga es alto en estas circunstancias. La imagen de Adé ante Orense reforzó el argumento de que la plantilla necesitaba descanso y una planificación de minutos más cuidadosa para evitar bajas sensibles en la recta final de la Liga Pro.