Por Gabriel Sghirla
La FEF ha ratificado que el Estadio Monumental, tradicionalmente conocido como la "Casa de la Selección", será el escenario de los cruciales encuentros de la Tricolor ante las potencias sudamericanas de Brasil y Argentina, correspondientes a las próximas fechas de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo a la Copa del Mundo.
Esta decisión, aunque esperada por muchos, llega en un contexto donde la localía en la altura de Quito siempre ha representado un factor diferencial para la selección ecuatoriana. La geografía y las condiciones climáticas de la capital han sido históricamente un aliado importante en la búsqueda de puntos valiosos ante rivales de gran jerarquía.
Sin embargo, la confirmación de Guayaquil como sede de estos trascendentales partidos no ha estado exenta de comentarios y matices. En una reciente intervención en Radio La Red, el dirigente de Barcelona SC Alfaro Moreno, expresó una perspectiva que refleja un sentir de algunos sectores del fútbol ecuatoriano en relación con la selección nacional.
"Es un compromiso tener a la selección en casa, pero últimamente no hemos sentido que la selección es de todos”, manifestó el dirigente amarillo. Estas palabras, aunque concisas, abren un debate sobre la percepción de la identidad y la representatividad de la selección ecuatoriana a nivel nacional.
La declaración de Alfaro Moreno sugiere una posible sensación de distanciamiento o falta de conexión entre la selección y ciertos sectores de la afición, más allá de la tradicional rivalidad deportiva entre clubes. Si bien el apoyo a la Tricolor suele unificar al país en momentos clave, la reflexión del presidente de Barcelona plantea interrogantes sobre la construcción de un sentimiento colectivo y la inclusión de todas las regiones y aficiones en el proyecto de la selección.
Es importante recordar que la selección ecuatoriana se nutre de jugadores provenientes de diversos clubes a lo largo del país, incluyendo a Liga de Quito y Barcelona SC, los dos equipos con mayor número de seguidores. La convocatoria de futbolistas de diferentes orígenes busca representar la diversidad del talento ecuatoriano y unir a la nación en torno a un objetivo común: la clasificación al Mundial.
La decisión de mantener la localía en Quito para los duelos ante Brasil y Argentina responde a criterios deportivos, buscando aprovechar la ventaja de la altitud. Estos partidos representan desafíos mayúsculos para la Tricolor, que buscará sumar puntos importantes en su camino hacia la cita mundialista. Enfrentar a dos de las selecciones más poderosas del continente en casa exige un rendimiento óptimo y el respaldo masivo de la afición.
El comentario de Alfaro Moreno, aunque pueda generar diversas interpretaciones, invita a una reflexión sobre cómo fortalecer el vínculo entre la selección y toda la afición ecuatoriana. Más allá de la sede de los partidos, la sensación de que la "selección es de todos" radica en la identificación con los jugadores, el proyecto deportivo y la manera en que se representa al país dentro y fuera de la cancha.
En definitiva, la FEF ha tomado la decisión de que Quito siga siendo la fortaleza de la Tricolor ante Brasil y Argentina. Mientras tanto, la voz de un dirigente importante como Alfaro Moreno resuena, recordando la importancia de construir una selección que realmente represente y una a todo el Ecuador futbolero. Los próximos encuentros serán una prueba no solo para el rendimiento deportivo, sino también para la capacidad de la selección de conectar con el sentimiento de cada aficionado.
09/05/2025
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