No dio la talla ante Orense y Liga de Quito tendría pensado en dejarle ir el 2026

Liga de Quito no tiene banca y por la falta de sus titulares sufren mucho

Liga de Quito / Foto: API
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La derrota de Liga de Quito ante Orense no solo fue un revés en la tabla de posiciones, sino que también sirvió como una radiografía brutal del nivel de algunos elementos del plantel. El lateral izquierdo, Yeltzin Enrique, quien asumió la responsabilidad de cubrir el espacio dejado por el ausente Leonel Quiñónez, quedó expuesto de manera crítica. El desempeño de Enrique ha sido etiquetado internamente como la razón principal por la que LDU "tendría pensado en dejarle ir el 2026", pues su nivel no cumplió con el exigente estándar del club.

La crítica más lapidaria sobre su desempeño recayó en la fase defensiva. El análisis pospartido fue contundente: Enrique "se dejó ganar todos los duelos en el 1 contra 1". Este dato es crucial en el fútbol de élite, ya que un lateral que no puede imponerse en el enfrentamiento directo genera una vulnerabilidad permanente en el costado. Esta deficiencia no solo expone a los centrales, sino que obliga a un desgaste innecesario del mediocampo para cubrir su zona, rompiendo el equilibrio táctico del equipo.

La evaluación de su aporte empeora al considerar la faz ofensiva. En un equipo que aspira a títulos y a trascender internacionalmente, el lateral izquierdo debe ser un generador constante de superioridad y profundidad. Sin embargo, Enrique "no colaboró en ataque". Su falta de desborde, precisión en los centros o asociación efectiva con los volantes significó que, tácticamente, LDU jugó con "uno menos" por esa banda, facilitando el control defensivo al rival.

El contexto de su llegada también exacerba la crítica. Al cubrir el espacio de Leonel Quiñónez, un lateral que ha sido fundamental en el esquema ofensivo de LDU, la comparación fue inevitable y abrumadora. Quiñónez no solo defiende, sino que ataca con autoridad. La incapacidad de Enrique para ofrecer una alternativa creíble a ese rol, o al menos mantener una solidez básica, hizo que el vacío en la banda fuera notorio y letal para el funcionamiento global del equipo.

La directiva de LDU, conocida por su mentalidad de Rey de Copas, utiliza este tipo de actuaciones como un argumento irrefutable para la toma de decisiones. En un club donde la competencia es feroz y la meta es ganar campeonatos, no hay margen para que un jugador no dé la talla en momentos clave. El desempeño de Enrique ante Orense se convierte en el catalizador que obliga a la gerencia deportiva a buscar activamente un refuerzo extranjero o un fichaje nacional de jerarquía para esa posición en el mercado de 2026.

En conclusión, el futuro de Yeltzin Enrique en Liga de Quito pende de un hilo muy delgado. El fracaso de su desempeño ante Orense, marcado por la pasividad en los duelos individuales y la nula colaboración ofensiva, ha sido el factor decisivo. La exigencia de LDU no perdona los puntos débiles, y la casi certeza de que el club buscará un lateral izquierdo de garantías en la próxima ventana de transferencias sella la suerte del jugador, demostrando que en el cuadro albo, el rendimiento es la única moneda de cambio.

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