(VIDEO) Luego de la paliza de Liga de Quito a Barcelona SC, así salió Antonio Álvarez del estadio Casa Blanca
El directivo no podía creer lo que le estaba pasando al Ídolo, que se llevó un 3 a 0 del estadio albo
La contundente derrota sufrida por Barcelona Sporting Club en el Estadio Casa Blanca a manos de Liga de Quito generó un ambiente de profunda frustración y desazón en la delegación 'torera', que tuvo su máximo reflejo en la figura de su presidente, Antonio Álvarez. El resultado adverso, a menudo en un reducto históricamente complicado para el equipo guayaquileño, significó un golpe duro a las aspiraciones del club y un motivo de crítica para la directiva y el cuerpo técnico.
La salida de Antonio Álvarez del escenario deportivo fue la viva imagen de la amargura que sentía el barcelonismo. En lugar de enfrentar a la prensa, como podría esperarse de la máxima autoridad de un club en un momento de crisis deportiva, el directivo optó por el camino del silencio. Su gesto era de seriedad absoluta, reflejando la magnitud del tropiezo y la presión que recae sobre sus hombros ante la falta de resultados contundentes en la temporada.
El mutismo de Álvarez al abandonar el estadio fue interpretado por muchos como una forma de evadir la ola de críticas que se avecinaba. Una goleada ante un rival directo y en un partido de alto calibre como este siempre exige explicaciones o, al menos, un pronunciamiento oficial. Al no ofrecer declaraciones, el presidente se aisló de la polémica inmediata, pero al mismo tiempo intensificó el debate sobre la gestión de la crisis y la falta de liderazgo visible en los momentos más difíciles.
Este silencio se enmarca en un contexto de descontento creciente por parte de la hinchada de Barcelona SC. La afición, que ha visto cómo el equipo no logra consolidarse en la cima y sigue sin mostrar el nivel que esperan de una plantilla de su envergadura, ya había manifestado su malestar previamente. La paliza en Casa Blanca fue la gota que derramó el vaso, y la seria actitud de Álvarez al retirarse evidenció que él era plenamente consciente del enfado de los seguidores.
El rostro de seriedad de Antonio Álvarez era un mapa de la presión interna. Los resultados deportivos negativos no solo afectan el ánimo de la hinchada, sino que también ponen en tela de juicio las decisiones administrativas, las contrataciones realizadas y la continuidad del cuerpo técnico. Su silencio no fue solo por respeto al dolor de la derrota, sino posiblemente una estrategia para evitar un comentario impulsivo que pudiera empeorar la ya delicada situación institucional.
