Lo que decían los carteles de los hinchas ecuatorianos y la FEF mandó a retirar en las gradas ante Nueva Zelanda
No quieren críticas por parte de los aficionados, en el duelo de la Tri ante los neozelandeses
El encuentro amistoso entre Ecuador y Nueva Zelanda en el Sports Illustrated Stadium de Nueva Jersey, que marcó un cambio positivo en el rendimiento ofensivo de la "Tri", también fue escenario de una tensión inusual en las gradas a causa del descontento de la afición. Los hinchas ecuatorianos, visiblemente frustrados por la reciente racha de empates que afectaba la moral del equipo y ponía en riesgo su posición en el ranking FIFA, decidieron llevar su reclamo al estadio mediante pancartas y carteles.
El mensaje de los carteles no buscaba la violencia, sino la protesta deportiva, siendo su lema central la clara exigencia: "No más empates" a la Selección Nacional. Esta consigna reflejaba el sentir de una hinchada que, si bien valora la solidez defensiva que la ha caracterizado, anhela ver un equipo más ambicioso, que concrete las oportunidades y que traduzca el dominio territorial en victorias, especialmente ante rivales teóricamente inferiores en amistosos de la Fecha FIFA.
La controversia escaló cuando personal de la Federación Ecuatoriana de Fútbol (FEF), presuntamente encargado de la logística y la imagen del equipo, intervino directamente para silenciar la protesta. Según reportes de los medios presentes, estos empleados se acercaron a los aficionados y les pidieron, de manera categórica, retirar las pancartas y carteles que portaban los mensajes de inconformidad. Este accionar generó fricción y molestia entre los hinchas que sentían coartada su libertad de expresión.
La decisión de la FEF de mandar a retirar estos mensajes críticos evidenció una aparente reacción a la presión mediática y deportiva que recaía sobre el cuerpo técnico de Sebastián Beccacece y los jugadores. Los empates recientes, como el ocurrido ante Canadá jugando con superioridad numérica, habían generado un ambiente de frustración. La Federación, al intentar eliminar las pruebas visuales del descontento en un estadio internacional, buscaba proyectar una imagen de unidad y tranquilidad que no se correspondía con el sentir de una parte importante de su base de apoyo.
Este incidente subraya la delicada relación entre la dirigencia de la selección y su afición en momentos de resultados cuestionables. Mientras los hinchas recurren a las gradas para ejercer presión legítima, la FEF, al censurar estos mensajes, parece buscar una protección excesiva sobre la imagen institucional del equipo. El episodio en Nueva Jersey sirvió de recordatorio de que, incluso en un amistoso en el extranjero, la afición ecuatoriana sigue de cerca el rendimiento de su equipo y exige una mejora sustancial en la contundencia.
Paradójicamente, la posterior actuación de Ecuador ante Nueva Zelanda, que se transformó en una "tromba" ofensiva y terminó en victoria, fue la mejor respuesta a la exigencia de esos carteles. Sin embargo, la polémica por la censura de las pancartas no se olvidó, dejando un mal sabor de boca en cuanto a la gestión de la crítica por parte de la FEF. El fútbol, como fenómeno social, permite la expresión de la pasión y el descontento, y la acción de retirar los mensajes se interpretó como un intento de esconder una realidad que solo se podía cambiar ganando y, sobre todo, convenciendo.
