Mostraron su apoyo y esto hicieron los jugadores de Ecuador a Beccacece, que ganaron a Nueva Zelanda por 2 a 0
El entrenador argentino parece que tiene el apoyo y respaldo de todo su plantel
A pesar de los persistentes rumores y las especulaciones mediáticas que sugerían una división o falta de sintonía entre Sebastián Beccacece y el plantel de la Selección Ecuatoriana, la reciente victoria por 2 a 0 ante Nueva Zelanda sirvió como una poderosa declaración de unidad. El comportamiento de los jugadores en la celebración de los goles desmintió categóricamente cualquier narrativa de quiebre interno, mostrando un respaldo rotundo y visible al entrenador argentino.
El momento cumbre que disipó las dudas se produjo tras el primer gol del partido, anotado por Leonardo Campana. El delantero, que había sido clave en la nueva propuesta ofensiva de Beccacece, no solo celebró su anotación con euforia, sino que fue el inicio de una efusiva manifestación de apoyo colectivo. En lugar de limitarse a festejar entre ellos, todos los jugadores que estaban en la cancha se dirigieron de inmediato hacia la zona técnica para rodear y abrazar al estratega.
Esta acción coordinada fue mucho más que un simple gesto de cortesía. En el contexto del fútbol de alta competencia, donde las cámaras analizan cada interacción, el abrazo masivo y sincero de los jugadores hacia Beccacece demostró una conexión emocional y una convicción profunda en el proyecto que él está liderando. Era la prueba tangible de que las críticas externas y la presión por los resultados no habían erosionado la confianza del vestuario en la dirección técnica.
El gesto de apoyo se interpretó como una respuesta directa a quienes habían sembrado la duda sobre la relación entre el cuerpo técnico y el plantel. Los jugadores, al acercarse a abrazar al entrenador, quisieron transmitir un mensaje de unión que iba más allá del marcador: están unidos en la búsqueda de una nueva identidad de juego, más ofensiva y atrevida, que quedó plasmada en la "tromba" exhibida ante Nueva Zelanda. Es decir, los futbolistas están comprados con la idea de juego de Beccacece.
Esta muestra de respaldo es fundamental para la estabilidad del equipo de cara a los desafíos futuros, especialmente las Eliminatorias y el Mundial. Un grupo de jugadores que confía en su entrenador es un equipo con una base psicológica sólida, capaz de superar la adversidad. El resultado, una victoria por 2-0 con una mejora ofensiva notoria, fue la prueba deportiva, pero el abrazo fue el sello emocional de que el grupo está remando en la misma dirección junto a Beccacece.
