LDU vs Deportivo Cuenca: Lo que hizo el Beto Araujo al volver a pisar el Rodrigo Paz Delgado

El Beto volvió a la que fue su casa por mucho tiempo y donde ganó varios títulos con Liga de Quito

Liga de Quito / Foto: API
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El regreso de Norberto "Beto" Araujo al estadio Rodrigo Paz Delgado, la casa que fue suya por más de una década como baluarte de la defensa de Liga de Quito, siempre es un momento cargado de emotividad y simbolismo. En esta ocasión, el 'Beto' pisó el césped sagrado no con la camiseta de jugador, sino como director técnico del Deportivo Cuenca para disputar un partido crucial por la Copa Ecuador, el cual sirvió como escenario para un gesto de hermandad y respeto.

A pesar de la seriedad y el enfoque que requiere dirigir un partido eliminatorio, la atmósfera para Norberto Araujo fue diferente. El Rodrigo Paz Delgado es un lugar donde el 'Beto' forjó su leyenda, levantó títulos internacionales y se ganó el apodo de "Capi". Al volver a la cancha, su rostro reflejó una mezcla de profesionalismo por su actual cargo y nostalgia por su pasado glorioso, haciendo una breve pausa en sus tareas de estratega para revivir el cariño con quienes fueron sus compañeros de batalla.

Uno de los momentos más destacados y que capturó la atención de las cámaras y los presentes fue el emotivo encuentro con Alexander "Dida" Domínguez. El arquero y el 'Beto' compartieron innumerables temporadas defendiendo los colores de la "U", creando una dupla icónica en la parte posterior del equipo. El saludo entre el DT del Cuenca y el portero de LDU fue más que un formalismo; fue un abrazo sincero entre dos amigos y leyendas del club, un reconocimiento mutuo a las trayectorias compartidas.

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Otro de los referentes de Liga de Quito que recibió el afecto del 'Beto' fue José "Choclo" Quintero. Al igual que con Domínguez, la relación de Araujo con el "Choclo" se remonta a los años en que ambos eran pilares del equipo. Este saludo subraya la cultura de respeto y camaradería que se mantiene en LDU, donde las viejas glorias y los jugadores actuales que se mantuvieron en el club aún conservan fuertes lazos personales a pesar de la rivalidad deportiva del momento.

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El gesto de Araujo no fue solo un acto personal, sino una lección de deportividad en medio de un ambiente de alta competencia como es la Copa Ecuador. Al tomarse el tiempo para saludar y abrazar a sus excompañeros, el 'Beto' demostró que el legado y la amistad forjada en el campo de juego trascienden los colores de la camiseta que se defiende en un momento determinado. Es un recordatorio de los valores humanos en el fútbol profesional.

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