Malos perdedores, lo que hicieron los hinchas de Emelec luego que Jeison Medina anotó el gol de la victoria de LDU
Los hinchas del cuadro Eléctrico estallaron luego del tanto del colombiano para darle los 3 puntos a la U
El desenlace de la semifinal de vuelta de la Copa Ecuador en el Estadio Capwell se vio empañado por una conducta antideportiva por parte de una facción de la hinchada del Club Sport Emelec, un hecho que trascendió el resultado. La tensión acumulada durante el encuentro alcanzó su punto máximo con el gol agónico de Liga de Quito, un tanto que selló la victoria (2-1) y el pase de los albos a la final, provocando una reacción desmedida y peligrosa desde las gradas eléctricas.
El momento de la explosión de ira ocurrió justo en los minutos adicionales, cuando el delantero de Liga de Quito, Jeison Medina, consiguió vulnerar la portería azul, anotando el gol que significaba la remontada. Este golpe emocional, al llegar cerca del pitazo final, transformó la frustración de la hinchada millonaria en un acto de protesta violenta y condenable. La decepción por ver esfumarse las esperanzas de la final se canalizó en un ataque dirigido hacia el campo de juego.
Mientras los jugadores de Liga de Quito se dirigían a celebrar la trascendental anotación en una de las esquinas del campo, el foco de la celebración se convirtió inmediatamente en el blanco de la agresión. Los hinchas de Emelec ubicados en ese sector de las gradas comenzaron a lanzar una variedad de objetos a la cancha, siendo las botellas uno de los proyectiles más recurrentes y peligrosos. Este acto buscaba impactar y amedrentar a los futbolistas albos en pleno júbilo.
La lluvia de botellas y otros artefactos fue interpretada claramente como un síntoma de malos perdedores, una incapacidad de aceptar la derrota en un momento cumbre de la competición. El lanzamiento de estos objetos no solo interrumpió la celebración legítima del gol, sino que también puso en riesgo la integridad física de los jugadores de Liga de Quito. Afortunadamente, no se reportaron impactos graves que comprometieran la salud de los futbolistas que festejaban.
Este tipo de comportamientos va en detrimento de la imagen del fútbol ecuatoriano y de la propia institución eléctrica. Los actos de agresión física, por muy frustrante que sea una derrota, son contrarios a los valores deportivos y conllevan serias consecuencias, incluyendo multas y sanciones para el club por la falta de control sobre su hinchada. El incidente generó un debate inmediato sobre la seguridad en los estadios y la necesidad de erradicar la violencia en las tribunas.