Reemplazó a Valle y así recibió la hinchada de Liga de Quito a Dida Domínguez ante Palmeiras
El portero ecuatoriano se hizo cargo del puesto en el arco y no le pesó para nada, demostrando su jerarquía
La atmósfera en el Estadio Rodrigo Paz Delgado era electrizante para la semifinal de Copa Libertadores, pero un suceso de último momento había generado una mezcla de preocupación y expectativa: la grave lesión de Gonzalo Valle, el portero titular que había sido clave en la campaña, obligó al cuerpo técnico de LDU a recurrir a su legendario guardameta, Alexander "Dida" Domínguez. El experimentado arquero, ídolo y referente histórico del club, asumía la responsabilidad de custodiar el arco en el partido más importante de la temporada.
El momento de su aparición fue un acto de comunión total entre el equipo y la afición. Cuando Domínguez se dirigió a calentar y posicionarse en el arco que da hacia la tribuna Sur Baja, la reacción del público fue inmediata y atronadora. Lejos de cualquier duda por su suplencia reciente, la hinchada de LDU demostró su incondicional apoyo y la confianza absoluta que deposita en el "Dida" para afrontar instancias decisivas del torneo.
La ovación fue ensordecedora y se tradujo en el cántico más emblemático y personal que la afición le dedica: el estruendoso "Olé, olé, olé, olé, Dida, Dida". Miles de voces al unísono corearon el nombre del portero, inundando el ambiente con una energía que buscaba no solo darle la bienvenida al arco de la Libertadores, sino también inyectarle una dosis de confianza y la mística copera que él mismo ha ayudado a forjar a lo largo de los años en el club.
Este recibimiento no fue un simple aplauso; fue una declaración de principios. La hinchada de Liga reconoció la trayectoria de Domínguez —bicampeón de la Copa Sudamericana, multicampeón nacional y referente de la selección— y le hizo saber que, a pesar de la ausencia de Valle, la portería estaba en manos del jugador ideal para las batallas continentales. El cántico fue un claro mensaje de "aquí está nuestro líder, aquí está nuestra leyenda, con él estamos seguros".
La emotiva escena sirvió como un espaldarazo psicológico fundamental. En un partido de la magnitud de una semifinal contra un gigante como Palmeiras, la confianza en el portero es vital. La ovación de la Sur Baja y de todo el estadio le dio a Domínguez la certeza de que tenía a su espalda el respaldo de su gente, transformando la presión de reemplazar al titular en una inyección de ánimo y el deseo de seguir agrandando su leyenda en el "Rey de Copas" ecuatoriano.
El regreso de Alexander "Dida" Domínguez al arco de LDU en la Copa Libertadores, forzado por la lesión de su compañero, se convirtió en uno de los momentos más emotivos de la jornada. La hinchada no solo lo ovacionó, sino que lo invistió con todo su aliento a través del cántico "Olé, olé, olé, olé, Dida, Dida", reafirmando que, en las noches coperas y decisivas, la experiencia y la historia del portero ecuatoriano son el mayor bastión de confianza para Liga de Quito.