Por David Alomoto

La salida del delantero paraguayo Alex Arce de Liga de Quito a mediados de 2025 (julio) se ha convertido en un caso ejemplar sobre la complejidad de las decisiones de carrera en el fútbol. Mientras el cuadro albo, su exequipo, celebra el pase a las semifinales de la Copa Libertadores y se consolida como uno de los mejores clubes del continente, el delantero regresó a Argentina, a Independiente Rivadavia, donde su presente está marcado por la frustración y la falta de gol.
El retorno de Arce al club mendocino, donde ya había sido figura clave para el ascenso, fue anunciado como un "bombazo" y generó una enorme expectativa entre la hinchada de la "Lepra". Se esperaba que el goleador histórico de la Primera Nacional repitiera su aporte ofensivo en la máxima categoría. Sin embargo, el regreso no ha sido el soñado: Arce se ha encontrado con un rendimiento "pobre" y una "pólvora mojada", según reportes de la prensa argentina, que lo han dejado en deuda con el club.
Las estadísticas en su nuevo ciclo con Independiente Rivadavia reflejan el difícil momento que atraviesa el delantero. Desde su reincorporación, Alex Arce ha disputado partidos entre el Torneo Clausura y la Copa Argentina, pero su cuota goleadora ha sido escasa, distando mucho de los números que cosechó en Quito. Si bien ha participado activamente, su impacto en el marcador ha sido mínimo.
Mientras esto sucede, su exequipo, LDU, es semifinalista de la Copa Libertadores, un torneo donde el paraguayo tuvo un rendimiento notable en la fase de grupos de 2025, anotando 4 goles en 6 partidos con la camiseta alba antes de su partida. Este contraste es el que alimenta la idea de un posible arrepentimiento para el delantero. De haber permanecido en Quito, Arce sería la principal referencia ofensiva en la búsqueda de una nueva final continental.
Antes de su traspaso en julio de 2025 (fichado por $2.6 millones de euros), el rendimiento de Alex Arce en LDU fue sobresaliente: jugó 65 partidos, marcó 42 goles y conquistó dos títulos (Liga Pro 2024 y Supercopa Ecuador 2025). Su efectividad goleadora en Ecuador lo catapultó de nuevo al fútbol argentino. Sin embargo, los goles no han llegado con la misma facilidad en Rivadavia, donde su presencia no ha podido sacar al equipo de la zona de turbulencia.
La frustración de Alex Arce no solo se debe a la falta de goles, sino también a problemas físicos. Su regreso a la acción en Rivadavia ha estado marcado por una lesión muscular que lo mantuvo al margen en momentos importantes del Torneo Clausura. Este factor, sumado a un nivel general que no ha logrado "destacar", acentúa la sensación de que el cambio de aires fue precipitado y mal cronometrado, especialmente viendo el pico de rendimiento continental que alcanzó LDU sin él.
La historia de Alex Arce se convierte en un recordatorio de que las decisiones en el fútbol profesional no siempre siguen la lógica deportiva. Aunque una transferencia al fútbol argentino pueda significar un progreso contractual o personal, el momento elegido para dejar una escuadra que estaba a punto de alcanzar la gloria continental, como lo es LDU, genera un profundo cuestionamiento. Arce abandonó un barco que navegaba hacia la élite para retornar a un club que lucha en la mitad de tabla, marcando una dicotomía de destinos ineludible.
Mientras Liga de Quito se prepara para las semifinales contra Palmeiras con Jeison Medina como su actual héroe, la afición alba no puede evitar pensar en cómo la presencia de un goleador probado como Alex Arce habría fortalecido aún más sus opciones. El paraguayo se fue persiguiendo un objetivo personal, pero dejó atrás la posibilidad de disputar el torneo más importante de clubes de América. Su presente en Rivadavia, en comparación con la gloria que vive LDU, es la prueba más clara del contraste que ha marcado su decisión.

02/11/2025

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