Mientras a Arreaga le gritaron que se vaya, lo que hicieron los hinchas de BSC a Octavio Rivero tras ser expulsado
El delantero estaba muy frustrado y vio la tarjeta roja contra IDV, los hinchas lo aplaudieron cuando se fue al camerino
La goleada que Barcelona Sporting Club sufrió a manos de Independiente del Valle (IDV) en el Estadio Monumental fue un hervidero de emociones encontradas, desde la ira hasta la desolación. Mientras que la frustración de la hinchada se centró en jugadores con bajo rendimiento como Xavier Arreaga, a quien se le pidió abiertamente que se fuera, un episodio diferente se vivió con el delantero Octavio Rivero, cuya reacción tras ser expulsado generó una respuesta de apoyo inesperada por parte de los aficionados.
El ambiente en el Monumental era de profunda indignación, y la afición Torera es conocida por no perdonar la falta de actitud. El defensor Xavier Arreaga fue uno de los principales blancos de las críticas, recibiendo gritos y abucheos que le exigían "que se vaya" del club. Esta reacción se basaba en la percepción de que sus fallos y su desempeño no estaban a la altura de la camiseta. Sin embargo, el trato fue radicalmente distinto para otro jugador que también terminó fuera del campo.
El delantero uruguayo Octavio Rivero vivió su propia pesadilla durante el partido. A medida que IDV dominaba y el marcador se inclinaba en contra, la frustración del atacante se hizo palpable. En un momento de impotencia, Rivero cometió una acción que le valió la tarjeta roja. El delantero se fue a los camerinos antes del final, no por bajo rendimiento, sino por una explosión de rabia competitiva ante la incapacidad de su equipo para revertir el marcador.
Contrario a la reacción hostil que se esperaba para un jugador expulsado, sobre todo en un contexto de goleada, los hinchas de Barcelona SC hicieron algo insólito: aplaudieron a Octavio Rivero cuando se dirigía al camerino. Este aplauso no fue un acto de burla, sino un reconocimiento a la entrega y la pasión que el uruguayo había mostrado, incluso en su error. La afición valoró su coraje y el hecho de que su expulsión fue producto de la frustración por querer revertir el marcador, y no de la indolencia.
El aplauso a Rivero se convirtió en un fuerte símbolo de compromiso y un mensaje indirecto para el resto del plantel. Para los aficionados, la expulsión de Rivero, aunque costosa, demostró que el delantero estaba sufriendo la derrota y que luchaba con todas sus fuerzas. Este gesto contrastó con la pasividad y el bajo perfil de otros jugadores, dejando claro que la hinchada perdona un error de ímpetu, pero no la falta de actitud en el campo.
El incidente de Octavio Rivero subraya lo que realmente espera la afición de Barcelona SC: garra y carácter. Mientras que el bajo nivel y la supuesta apatía de Arreaga fueron castigados con la exigencia de su salida, la rabia de Rivero fue premiada con reconocimiento. La hinchada Torera ha dejado claro que, en los momentos de crisis, prefiere a un jugador que se expulsa por querer ganar, antes que a uno que camina en la cancha sin mostrar orgullo por la camiseta.
