No podía creer que IDV estaba bailando a Barcelona SC en el Monumental, el jugador que se sentó a llorar en la banca

Se lo vio en las tomas de Zapping que se sentó y se puso el peto en su rostro para tapar las lágrimas. Se trata de Byron Castillo

Barcelona SC / Foto: API
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Foto de David Alomoto
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La humillante derrota de Barcelona Sporting Club ante Independiente del Valle (IDV) en el Estadio Monumental fue un golpe que se sintió en cada fibra del equipo y de la hinchada. El 3 a 0 en contra no solo significó la pérdida de puntos cruciales, sino una profunda herida en el orgullo del Ídolo. La impotencia y la frustración ante el dominio del rival fueron tan grandes que uno de los jugadores, visiblemente afectado por lo que sucedía en el campo, no pudo contener la emoción en el banquillo.

El desarrollo del partido fue una pesadilla para Barcelona. IDV estaba "bailando" al equipo Torero en su propia casa, demostrando una superioridad táctica y técnica abrumadora. La incapacidad de la escuadra local para reaccionar ante la embestida rival generó una sensación de desesperanza. Esta impotencia no solo se reflejó en el rendimiento de quienes jugaban, sino también en las emociones de aquellos que observaban el desastre desde la línea de banda.

El jugador que protagonizó este momento de profunda vulnerabilidad fue el lateral Byron Castillo. El futbolista, que conoce bien la exigencia de la camiseta de Barcelona y lo que significa el Monumental, observó desde el banquillo cómo su equipo era superado sin atenuantes. Ver al Ídolo ser humillado en su propio estadio y en un contexto de aniversario fue una carga emocional demasiado pesada de asimilar.

Las tomas de Zapping (la cadena que transmite el fútbol ecuatoriano) captaron el momento exacto que evidenció el quiebre emocional de Castillo. El lateral, abrumado por el marcador, se sentó en el banco de suplentes y, buscando un espacio de privacidad en medio de la debacle pública, tomó el peto que tenía a la mano para ponérselo sobre el rostro. El propósito era claro: tapar las lágrimas que brotaban ante la frustración.

El llanto de Byron Castillo en el banquillo se convirtió en un símbolo poderoso de la gravedad de la derrota para el Barcelona. Este tipo de reacción no solo habla de la frustración por los tres puntos perdidos, sino de la vergüenza deportiva de ser superados de manera tan contundente en su reducto. La emoción genuina del jugador reflejó el dolor de la hinchada y la profunda crisis de rendimiento que atravesaba el equipo.

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Aunque ver a un jugador llorar es un momento de gran sensibilidad, en el contexto del fútbol se interpreta como un signo de pasión y entrega. La reacción de Byron Castillo contrastó fuertemente con la percibida apatía de otros compañeros señalados por "caminar" en el campo. El llanto del lateral demostró que, al menos en la banca, había una conciencia del desastre y un profundo amor propio que se sentía herido por la goleada de IDV, dejando claro que la derrota caló hondo en el corazón de algunos miembros del plantel.

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